Washington despliega 1.500 soldados en Medio Oriente

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WASHINGTON.- Estados Unidos anunció el viernes el despliegue de 1.500 soldados en Medio Oriente, describiéndolo como un refuerzo de las defensas contra Irán, al tiempo que acusó a la Guardia Revolucionaria del país de la responsabilidad directa de los ataques a tanques sauditas este mes.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció públicamente la cifra de 1.500, y la describió como una medida defensiva. Las tropas incluyen personal con sistemas de defensa de misiles, vigilancia aérea para detectar amenazas e ingenieros para fortalecer las defensas.

«Queremos tener protección en Medio Oriente. Vamos a enviar un número relativamente pequeño de tropas, en su mayoría de protección», anunció Trump cuando salía de la Casa Blanca para un viaje a Japón.

El despliegue marca una especie de contradicción para Trump, quien apenas el jueves dijo que pensaba que más tropas eran innecesarias. Trump ha tratado de separar a los militares estadounidenses de los conflictos abiertos en lugares como Siria y Afganistán.

El despliegue es relativamente pequeño, en comparación con los aproximadamente 70.000 soldados estadounidenses que ahora están estacionados en una región que se extiende desde Egipto hasta Afganistán. Además, unas 600 de las 1.500 «nuevas» tropas ya están en Medio Oriente manejando misiles Patriot, y verán extendidos sus despliegues.

Ansiosos por evitar la escalada con Irán en medio de las ya intensas tensiones, los funcionarios del Pentágono destacaron la naturaleza defensiva del despliegue en una sesión informativa y señalaron que ninguna de las tropas se dirigiría a lugares importantes como Irak o Siria.

«Estas son fuerzas defensivas», aseguró Katie Wheelbarger, una de las principales autoridades políticas del Pentágono.

La administración Trump ordenó este mes el despliegue de un grupo de ataque de portaaviones, bombarderos y misiles Patriot adicionales en Medio Oriente, citando información de inteligencia sobre posibles preparativos iraníes para atacar a las fuerzas o los intereses de Estados Unidos en la región.