SANAA.- El bloqueo saudita causó una escasez crónica de gas propano, lo que obligó a los yemeníes a encontrar alternativas para preparar alimentos.
“El gas de cocina desapareció por completo”, aseguró Yahia al-Amari, un ciudadano cuyas garrafas se agotaron y no consiguió abastecerse de nuevas. Resulta que, desde noviembre, millones de yemeníes se han visto afectados por una escasez crónica de combustible luego de que Arabia Saudita endureciera su bloqueo a los puertos y aeropuertos controlados por los rebeldes hutíes. Esta situación tuvo un impacto devastador en la población civil, con solo una pequeña cantidad de bienes ingresando a la capital de 4 millones de habitantes.
La escasez de combustible obligó a las fábricas a despedir personal. Los precios de los taxis aumentaron astronómicamente y los hospitales, que dependen del diesel para alimentar sus generadores, en ocasiones tuvieron que cerrar salas. Las importaciones de combustible en marzo fueron del 30 por ciento del requisito nacional, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.