JARTUM.- El presidente de Sudán, Omar al-Bashir, renunció a su cargo como presidente del partido gobernante luego de más de dos meses de protestas contra su gobierno de casi tres décadas, informó el partido.
Según una declaración del partido emitida el viernes, al-Bashir delegó sus poderes como presidente del Partido del Congreso Nacional a su vicepresidente, Ahmed Harun, hasta la próxima conferencia general del partido. No se ha fijado fecha para la conferencia.
Los medios locales citaron a Harun diciendo que al-Bashir dio este paso para «dedicarse a las tareas nacionales» como líder del país.
Al igual que al-Bashir, Harun también es buscado por la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra cometidos en la región de Darfur, en Sudán. Había sido nombrado vicepresidente del partido a principios de esta semana.
A fines de febrero, al-Bashir prohibió las reuniones públicas no autorizadas. El jueves, un tribunal de emergencia en la capital, Jartum, envió a ocho personas a prisión por su participación en las protestas contra el gobierno en Jartum y Omdurman, informó la agencia estatal de noticias SUNA.
Cuatro fueron sentenciados a cinco años cada uno y tres recibieron sentencias de tres años. Una persona fue sentenciada a seis meses. El mismo tribunal también ordenó la deportación de un ciudadano etíope por los mismos cargos.
Las sentencias fueron las primeras en ser dictadas por los tribunales de emergencia en Jartum, establecidos a principios de esta semana para investigar las violaciones al estado de emergencia que Al-Bashir declaró a fines de febrero para sofocar las protestas.
La Alianza de Abogados Demócratas, que forma parte de un grupo que encabeza las protestas, dijo que al menos 870 manifestantes fueron llevados ante tribunales de emergencia en Jartum y Omdurman el jueves.
El gobierno de Al-Bashir se ha visto afectado por las guerras civiles y el aumento de las manifestaciones callejeras. La última ola de protestas en todo el país estalló a mediados de diciembre, inicialmente provocada por el aumento de los precios y la escasez, pero rápidamente se convirtió en un llamado para que Al-Bashir, quien tomó el poder en un golpe militar de 1989, se retire. Una severa represión de seguridad ha dejado decenas de manifestantes muertos.