LONDRES.— Trump y su esposa Melania llegaron el martes por la noche al aeropuerto de Stansted. Melania vestía un trench beige de doble botonadura hasta los pies, forrado en tartán. Su cabello se agitaba alrededor de su rostro mientras ella y Trump, con su habitual corbata roja, descendían de las escaleras del avión tomados de la mano.
Fueron recibidos por funcionarios, entre ellos la ministra británica de Exteriores, Yvette Cooper, y Henry Hood, vizconde que representa al rey Carlos, además de una guardia de honor. Al llegar, Trump declaró: “Tengo muchas cosas aquí que… me llegan al corazón. Es un lugar muy especial”. El miércoles estará dominado por la ceremonia.
Trump y Melania serán recibidos primero por el “muy apuesto” hijo del rey, el príncipe Guillermo –como lo ha calificado el presidente–, y por su esposa Kate.
Luego, el rey Carlos y la reina Camila acompañarán a los Trump en una procesión en carruaje por los terrenos del Castillo de Windsor, con un recorrido flanqueado por 1.300 miembros de las fuerzas armadas británicas.
La familia real mostrará al presidente y la primera dama piezas históricas de la Colección Real relacionadas con Estados Unidos, antigua colonia británica.
Después, los Trump visitarán la Capilla de San Jorge, lugar de descanso final de la reina Isabel, quien recibió a Trump en su primera visita de Estado en 2019. El expresidente colocará una ofrenda floral en su tumba.
Más tarde habrá un sobrevuelo de aeronaves militares antes del banquete de Estado, donde el rey y Trump pronunciarán discursos.
El jueves, el primer ministro Keir Starmer recibirá a Trump en Chequers, una mansión campestre del siglo XVI en el sur de Inglaterra, para conversar sobre inversión, aranceles al acero y al aluminio, el fin de la invasión rusa a gran escala en Ucrania y la situación en Gaza.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inicia formalmente el miércoles su inédito segundo viaje de Estado a Gran Bretaña, con la pompa real como marco de unas conversaciones diplomáticas clave, mientras persisten incómodas preguntas sobre Jeffrey Epstein.
El rey Carlos y la familia real desplegarán toda la alfombra roja para el presidente a su llegada al Castillo de Windsor, con procesión en carruaje, salvas de artillería, sobrevuelo militar y un suntuoso banquete.
El Castillo de Windsor es el castillo habitado más antiguo y grande del mundo, y hogar de los monarcas británicos desde hace casi 1.000 años.
El Reino Unido afirma que será la mayor ceremonia militar de bienvenida para una visita de Estado en la memoria reciente.
Trump, un declarado admirador de la realeza, no ha ocultado su entusiasmo por ser no solo el primer líder estadounidense, sino también el primer político electo invitado por un monarca británico en dos ocasiones.
El primer ministro Keir Starmer espera aprovechar ese sentimiento en favor de Gran Bretaña, ya que su gobierno busca usar el viaje para reforzar la “relación especial” entre ambos países, profundizar los lazos económicos, asegurar inversiones multimillonarias, debatir aranceles y presionar al presidente estadounidense sobre Ucrania.
