WASHINGTON.— Mientras Kyle Rittenhouse era absuelto por dos asesinatos que dijo fueron en defensa propia, civiles armados recorrían las calles aledañas al tribunal de Wisconsin con armas a la vista.
En Georgia, testimonios en el juicio de los asesinatos de Ahmaud Abrery dejaron en claro que los patrullajes armados eran algo común en el vecindario en el que Arbery, un hombre negro de 25 años, fue perseguido y baleado por tres hombres blancos.
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— Filo.news (@filonewsOK) January 6, 2021
Los dos juicios enviaron nuevos indicios sorprendentes sobre los límites de la defensa propia en un momento en que más armas de fuego salen de las casas de Estados Unidos. En medio de tensiones políticas y raciales y el avance de leyes que relajan los requerimientos para tener permiso y expanden el uso de la fuerza permisible.
En buena parte del país se ha vuelto cada vez más aceptado que las personas caminen por las calles con armas de fuego, ya sea en forma abierta u ocultas legalmente. En los lugares donde dicho comportamiento sigue estando prohibido, las restricciones a la posesión de este tipo de armas en público podría cambiar pronto. Por ejemplo si la Corte Suprema revierte una ley del estado de Nueva York.
El nuevo statu quo para las armas de fuego fuera de las viviendas quedó de manifiesto la semana pasada en la ciudad de Kenosha, Wisconsin. El residente local Erick Jordan portaba un fusil y una pistola enfunda cerca del tribunal de Rittenhouse.
En el aquel sitio era juzgado por matar a dos hombres y herir a uno más con un fusil semiautomático durante una manifestación el año pasado. “Tengo trabajo que hacer. Proteger a estas personas. Eso es todo”, refiriéndose a los oradores en una conferencia de prensa realizada horas después del veredicto.