SÍDNEY.— El primer ministro australiano, Soctt Morrison, declaró este miércoles la emergencia nacional por las inundaciones que azotan la costa este del país, que se cobró ya 21 vidas y dejó millonarios daños materiales.
Morrison acudió hoy a la localidad de Lismore, una de las más afectadas por la catástrofe y situada a unos 600 kilómetros al norte de Sídney, donde fue recibido por un grupo de manifestantes que se quejaron sobre la lenta respuesta de las autoridades.
Protestors await PM Scott Morrison ahead of presser after visiting #Lismore flood devastation (without media).#auspol #floods2022 pic.twitter.com/Y1GPeGrz3p
— Stefan Armbruster (@StefArmbruster) March 9, 2022
Estas declaraciones, que deberá contar con el visto bueno protocolar del gobernador general australiano, David Hurley, permitirá que las autoridades australianas usen poderes especiales de emergencia para acceder mayor rapidez a los recursos disponibles con el objetivo de ayudar a las zonas devastadas por la catástrofe.
Desde hace dos semanas, la costa este de Australia registró lluvias torrenciales que han provocado inundaciones y peligrosas riadas, que se han cobrado la vida de ocho personas en Nueva Gales del Sur y trece en Queensland.
Morrison, quien anunció hoy más ayudas financieras y la extensión de subsidios para los damnificados, recalcó que entiende el descontento y las protestas realizadas por varios habitantes de Lismore porque han tenido que afrontar un evento que sucede “una vez cada quinientos años”.
Entretanto, en Sídney varias localidades del oeste de la urbe siguen hoy a merced de las inundaciones, mientras que los residentes de las playas del norte se recuperan de las fuertísimas trombas de agua que como si fuesen ríos invadieron las calles y carreteras y los posteriores corrimientos de tierra.
Durante la presente jornada se esperan vientos de hasta 90 kilómetros de lluvia desde principios del año, el mayor volumen desde la década de 1950.
El Gobierno de Australia, que pagó subvenciones por desastre a unas 330.000 personas afectadas por las inundaciones, desplegó unos 4.440 soldados en Nueva Gales del Sur y Queensland para hacer tareas de limpieza y reconstrucción, según fuentes militares.