SÍDNEY.- Scott Morrison, primer ministro australiano, aseguró este lunes que su país espera recibir los primeros lotes de una eventual vacuna contra el COVID-19 en enero, mientras que el número de infecciones diarias en ese país cayó a un mínimo en 10 semanas.
Morrison dijo que su Gobierno ha llegado a un acuerdo con CSL Ltd para fabricar dos vacunas: una desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, y otra desarrollada en los propios laboratorios de CSK con la Universidad de Queenslad.
“Australia necesita algo de esperanza”, dijo el premier a la prensa desde Canberra. “Hoy damos otro paso significativo para proteger la salud de los australianos contra la pandemia de coronavirus”.
Greg Hunt, ministro de Salud, dijo que los científicos que dirigen el desarrollo de ambas vacunas han indicado que las pruebas recientes sugieren que ambas ofrecerán “protección durante varios años”.
Morrin dijo que prevé que CSL, entregue 3,8 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca, que actualmente se encuentra en pruebas cínicas de fase avanzada en Brasil, Sudáfrica y Reino Unido, en enero y febrero del próximo año.
La AZD1222, la candidata AstraZeneca, es considerada como una de las más avanzadas en la carrera mundial para entregar una vacuna efectiva con la que combatir el virus. Australia había anunciado en agosto que planeaba comprar la AZD1222, junto con un acuerdo provisional de CSL para fabricarla.
El plan se puso en duda cuando CSL anunció poco después que daría prioridad a la fabricación de su propia vacuna.
Está previsto que la vacuna de CSL comience la segunda fase de ensayos cínicos a finales de 2020, lo que significa que como pronto podría llegar al mercado a mediados de 2021.
Si las vacunas superan los ensayos clínicos, Australia gastará 1.700 millones de dólares, 1.240 millones de dólares, para un total de casi 85 millones de dosis, según Morrison.
El estado australiano de Victoria comunicó que se han detectado 41 casos de coronavirus en las últimas 24 horas, el incremento más bajo en un solo día desde el 26 de junio.
El segundo estado más poblado de Australia ha sido el epicentro de una segunda ola, y ahora es responsable de alrededor del 75% de los 26.320 casos del país y del 90% de sus 762 muertes.