WASHINGTON.—Varios programas sociales de asistencia que se instauraron durante la era de la pandemia han llegado a su término en Estados Unidos, lo que ha dado lugar a lo que se conoce como «precipicios de prestaciones», impactando a millones de ciudadanos estadounidenses. Este escenario surge justo unos meses antes de que se lleven a cabo las elecciones presidenciales en el país.
El fin de estas ayudas ha generado una serie de nuevas presiones financieras que afectan de manera desproporcionada a mujeres, jóvenes y afroamericanos, grupos que representan una parte crucial del electorado demócrata y que podrían distanciarse de este partido al responsabilizar al presidente de esta situación.
Además de una persistente inflación elevada, estas nuevas presiones financieras para segmentos vulnerables corren el riesgo de minar aún más la narrativa del presidente sobre la reconstrucción de la economía «desde el centro hacia afuera y desde abajo hacia arriba», especialmente entre los votantes cruciales para noviembre.
Según informes, las ayudas económicas que dejarán de estar disponibles incluyen préstamos estudiantiles, un fondo de emergencia de 24.000 millones de dólares para cuidado infantil, así como restricciones al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, que provee alimentos a más de 40 millones de estadounidenses de bajos ingresos.
Consecuentemente, la red de seguridad social, que experimentó una expansión histórica entre 2020 y 2022, está retrocediendo nuevamente. Los datos de la Oficina del Censo indican que la tasa de pobreza en Estados Unidos ya está en aumento, pasando del 7,8% en 2021 al 12,4% en 2022, y eso fue antes de que expirara la última ronda de ayudas relacionadas con la pandemia.
A pesar de sus esfuerzos, Biden se ha enfrentado a obstáculos por parte de republicanos y algunos demócratas del Congreso, quienes argumentan que los programas son demasiado costosos y ya no son necesarios a medida que la pandemia va cediendo. Por ejemplo, los republicanos negociaron el fin de la moratoria de pagos como parte del acuerdo sobre el techo de la deuda.
Esta situación económica adversa ya está afectando la popularidad de Biden de cara a las elecciones presidenciales, donde muy probablemente se enfrentará al expresidente Donald Trump, quien sigue siendo el posible candidato republicano más popular y continúa superando al actual mandatario en términos de aceptación.