Bolsonaro carga contra su ministro de Salud

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BRASILIA.- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a criticar las medidas de aislamiento social para hacer frente a la pandemia mundial, defendió la reapertura del comercio y reprendió a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, de quien dijo le falta “humildad” para gestionar la crisis.

Mandetta pidió este lunes a la población que siga las pautas marcadas por las autoridades estatales en relación a las medidas de prevención contra el coronavirus, contradiciendo así la postura de Bolsonaro.

“He dialogado con los secretarios municipales y estatales y por el momento, mantengo la recomendación de los estaos porque es la más recomendable, ya que hay muchas carencias en el sistema de salud”, reconoció Mandetta.

En una entrevista a la radio Joven Pan, Bolsonaro cargó contra el titular de Salud. “Mandetta sabe que estamos divergiendo hace algún tiempo, pero yo no pretendo despedirlo en el medio de la guerra”, dijo Bolsonaro, quien menosprecia y tilda al COVID-19 de “gripecita pasajera”.

“Él quiere hacer mucho su voluntad”, pero “le deseo suerte y espero que prosiga en su misión con un poco más de humildad”, agregó Bolsonaro, quien dio a entender que ninguno de sus ministros es indispensable y que puede despedirlo en cualquier momento.

A medida que aumentas los casos y las muertes por COVID-19 en Brasil, el presidente, que ha mantenido su actitud desafiante, se ha convertido en el último bastión notable de los principales dirigentes mundiales que niega la gravedad de la pandemia.

Varios líderes mundiales, entre ellos Donald Trump, y el premier británico Boris Johnson, quien terminó contagiado, tardaron en comprender la amenaza del virus altamente contagioso y se mostraron reacios a adoptar medidas disruptivas y económicamente difíciles, pero que han salvado millones de vidas en el mundo.

Mientras, Bolsonaro sigue perteneciendo al grupo de alto perfil que ignora el consenso científico sobre las medidas de confinamiento necesarias para evitar no solo la propagación del virus, sino el desborde del precario sistema de salud de Brasil.

Su manejo de la crisis ha generado consternación en todo el espectro político del país, a tal punto que los líderes del Congreso, los Comités editoriales y el líder del Supremo Tribunal Federal le han pedido a la ciudadanía que ignoren a su presidente.

Asimismo, un movimiento para destituir a Bolsonaro esta ganando apoyo popular, y todas las noches los brasileños cacerolean desde sus ventanas en rechazo a su mandatario.

El Ministerio de Salud de Brasil reportó 7.910 casos confirmados y 299 muertes, siendo el estado de San Pablo el más afectado de todos ellos, junto con el de Río de Janeiro.