Bolsonaro continúa minimizando la gravedad de la pandemia

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BRASILIA.- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a minimizar la pandemia del coronavirus al afirmar que los brasileños tienen tal nivel de resistencia que no se infectan “ni saltando en aguas cloacales”.

Al ser preguntado si la pandemia en Brasil podría llegar a los niveles de Estados Unidos, el mandatario declaró: “Creo que no se va a llegar a ese punto. Porque el brasileño tiene que ser estudiado. No se agarra nada. Ves a un tipo saltando en aguas cloacales por ahí, sale, se zambulle…Y no pasa nada con él”, declaró.

 “Inclusive creo que mucha gente ya se infecto en Brasil, hace algunas semanas o meses, y ya tienen anticuerpos que ayudan a que eso no prolifere”, dijo desde la residencia oficial en Brasilia.

Este jueves Brasil confirmó 77 muertes por el patógeno, lo que supone un aumento del 35%, con respecto al día anterior, y 2.915 casos de contagio.

Autoridades del sector Salud no han querido vaticinar perspectivas para el mes que viene, pero adelantaron que los próximos “30 días van a ser muy difíciles”, pues “probablemente” el país se encuentra en una “fase crítica” de la pandemia.

Entretanto, los ciudadanos se aíslan en sus casas para contener el virus, mientras  Bolsonaro se distancia políticamente de sus aliados al insistir en darle énfasis a la economía y menos al confinamiento. Una de sus decisiones más polémicas fue eximir de la cuarentena a los cultos religiosos y casas de venta de lotería.

El vicepresidente, Hamilton Mourao, gobernadores, alcaldes, instituciones médicas y hasta una parte de la cúpula militar de Brasil se desmarcan de la conducta de Bolsonaro ante la crisis. Hoy, más del 80% de los brasileños apoyan el aislamiento.

Asimismo, en discrepancia con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mandatario criticó las cuarentenas impuestas por varios estados brasileños para frenar la propagación del virus, que según él pueden provocar “un caos social con saqueos de supermercados” y representar una amenaza para la “normalidad democrática”.