BRASILIA.— El número de fallecidos por las lluvias que azotaron el sureste de Brasil se elevó a 65, según informaron este domingo las autoridades tras el hallazgo de otro cadáver una semana después del temporal.
«Hasta el momento se confirmaron 65 muertos«, de los cuales ya fueron identificados «21 hombres, 17 mujeres y 19 niños«, dijo por la noche en un comunicado el gobierno del estado de Sao Paulo, que por la mañana había reportado 64 fallecidos.
Sao Sebastiao, un destino turístico de playa a unos 200 km de la ciudad de Sao Paulo, recibió más de 680 milímetros de lluvia en 24 horas el fin de semana pasado, más del doble de lo esperado para todo el mes y el mayor volumen acumulado en un día en la historia de Brasil, según las autoridades.
Tras el hallazgo de otro cuerpo el domingo, las autoridades concluyeron la búsqueda de desaparecidos en la región más afectada por el temporal, el barrio Vila do Sahy, según publicó el canal de noticias GloboNews citando fuentes de la Defensa Civil.
El gobierno de Sao Paulo, que durante la semana llegó a reportar una treintena de desaparecidos, no respondió las preguntas de la AFP sobre si proseguía la búsqueda en otros lugares.
Asimismo, más de 2.400 personas seguían desplazadas de sus hogares, según el último balance oficial.
El Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden) alertó a la población de Sao Sebastiao sobre la posibilidad de que ocurran «deslizamientos residuales» en las próximas horas debido a «chaparrones aislados» previstos en la región para el lunes.
Aunque «no se trata de eventos generalizados ni de la misma magnitud que los del pasado fin de semana», ponderó.
El gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, admitió durante la semana pasada que el sistema de aviso a la población por mensajes de texto no fue suficiente para evitar la tragedia y anunció la instalación de sirenas en áreas de riesgo y la construcción de viviendas para los desamparados.
Expertos atribuyen este tipo de eventos extremos a una combinación de los efectos del cambio climático con una urbanización descontrolada.
En Brasil 9,5 millones de personas viven en áreas de riesgo sujetas a deslizamientos o inundaciones.