PUERTO PRÍNCIPE.— Partidos políticos y figuras destacadas de Haití están trabajando arduamente este miércoles para alcanzar un acuerdo sobre la composición del consejo presidencial de transición que reemplazará al gobierno del saliente primer ministro, Ariel Henry, con el objetivo de lograr una mayor estabilidad en el país caribeño, que ha sido devastado por la violencia de las pandillas criminales.
Esta tarea se enfrenta a desafíos significativos debido al breve plazo exigido por la comunidad internacional, que según Estados Unidos es de 48 horas, y la necesidad de distribuir los siete miembros del Consejo entre diferentes partidos políticos y el sector privado.
La mayoría de estos partidos aún no han anunciado oficialmente a sus candidatos y continúan en conversaciones, según ha podido averiguar un corresponsal de la AFP.
Hasta el momento, solo una coalición, EDE/RED/Compromis historique, afín al difunto presidente Jovenel Moïse -asesinado en 2021-, ha propuesto a su representante, la exministra de la Condición Femenina Marie Ghislaine Mompremier.
La elección se torna más complicada dentro del colectivo 21 de diciembre, vinculado al primer ministro Henry, ya que están divididos sobre quién debería ser su candidato. Aunque una mayoría ha optado por el exdiputado Vikerson Garnier, algunos miembros se oponen.
El líder del partido izquierdista Pitit Desalin, Jean-Charles Moïse, ha declarado este miércoles que no tiene intención de formar parte de la nueva autoridad gubernamental.
«Hablamos de partidos políticos que no han logrado llegar a acuerdos en los últimos años», explicó a la AFP Ivan Briscoe, director del Programa para América Latina y el Caribe del International Crisis Group.
Ahora que Henry está de salida, exiliado en Puerto Rico, «quizás puedan priorizar el interés nacional y dejar de lado sus intereses partidistas por un tiempo, hasta las elecciones. Sin embargo, hay dudas sobre su capacidad para llegar a un acuerdo», agregó.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, expresó optimismo el miércoles sobre la formación del consejo de transición «en los próximos días». Aunque admitió que «nada de esto es fácil», se mostró satisfecho con la existencia de un plan «concebido por Haití, liderado por Haití» y respaldado por numerosos países de todo el mundo.
El éxito o fracaso de estas nuevas autoridades dependerá en gran medida de su capacidad para contener a las bandas armadas que sumieron al país en la violencia mientras desafiaban a Henry.
Su líder, el ex policía Jimmy Chérizier, conocido como «Barbecue», ha dejado claro que no aceptará un gobierno propuesto por la Comunidad del Caribe (Caricom), el grupo regional que supervisó el acuerdo sobre Haití.
«La renuncia de Ariel Henry no nos importa. He visto a países de la Caricom tomando decisiones por el pueblo haitiano», criticó en una entrevista con el medio colombiano W Radio publicada este miércoles. «Continuaremos la lucha por la liberación de Haití».
Frente a estos grupos criminales, el Consejo de Seguridad de la ONU ha propuesto el despliegue de una misión liderada por policías kenianos para frenar la violencia.
El presidente de Kenia, William Ruto, confirmó a Blinken este miércoles que enviará a los efectivos prometidos una vez que el nuevo consejo presidencial asuma el mando en Haití. El día anterior, el país africano había puesto en duda su participación.
El presidente de Guyana, Irfaan Ali, que lidera el bloque regional Caricom, señaló que la crisis en Haití probablemente esté más allá de la preparación y capacidad de los ejércitos de los países del Caribe.
«La situación en Haití muestra lo mal preparados que estábamos como región», dijo Ali en un evento en la Universidad de Guyana, en la capital Georgetown. «Ahora estamos luchando por establecer un comando y una operación conjunta», agregó.
En Puerto Príncipe, donde las escuelas y el aeropuerto permanecen cerrados, se observa actividad en las tiendas y en el transporte público. Algunas instituciones gubernamentales han reabierto sus puertas después de más de dos semanas de cierre.
Muchos residentes de la capital se muestran aliviados por la salida del primer ministro, quien asumió el poder tras el asesinato de Moïse. Henry «era el mayor obstáculo que teníamos (…). No tenía un plan real para el país», afirmó Emmanuel, un hombre que prefirió no dar su apellido.
Por otro lado, Fritz Fils Aimé, otro residente, duda del éxito de las nuevas autoridades, ya que «no se puede hacer nada sin coordinarse con las pandillas» en medio de la inseguridad constante.
Ante esta situación, Estados Unidos anunció el despliegue de marines en su embajada en Puerto Príncipe, mientras que la ONU informó sobre la retirada de su personal no esencial. La misión de Naciones Unidas en Haití anunció a través de la red social X que establecerá un «puente aéreo» entre el país caribeño y la vecina República Dominicana para facilitar el flujo de ayuda humanitaria en medio de la crisis.
La Unión Europea, que también evacuó a todo su personal de Haití, prometió 20 millones de euros en asistencia a la nación caribeña, una ayuda crucial en un lugar donde, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 360.000 personas han sido desplazadas.

