NUEVA YORK.— Para los inversores internacionales en los mercados bursátiles chinos, las últimas cifras económicas no ofrecen consuelo y recuerdan que la recuperación que esperan tardará en llegar.
Los datos de crecimiento del segundo trimestre en China indican un crecimiento económico por debajo del objetivo, sin mejoras en el sector inmobiliario y con un consumidor nacional pesimista y reticente a gastar.
Esto sugiere que la segunda mayor economía del mundo tardará en lograr una recuperación significativa que impulse su mercado bursátil, que ha subido apenas un 1% este año. «Ser inversor en China ahora mismo es frustrante», afirma Phillip Wool, director general de Rayliant Global Advisors, quien compara invertir en valores chinos con una estrategia de inversión en valor, apostando por valores baratos con alto potencial de beneficios. Wool cree que los precios se corregirán al alza, pero no sabe cuándo.
El índice de referencia chino CSI300, tras subir un 19% desde febrero hasta mayo, se ha mantenido en un rango de 3.400-3.500 el mes pasado. El índice compuesto de Shanghái ha caído más del 6% desde su máximo de ocho meses en mayo.
Las medidas de apoyo de Pekín a principios de año generaron esperanzas de un cambio positivo, pero la vacilante recuperación económica y la crisis inmobiliaria, junto con retos geopolíticos como las tensiones comerciales con la Unión Europea y Estados Unidos, siguen siendo un lastre.
Michael Dyer, director de inversiones de multiactivos de M&G Investments, señala que la recuperación de China llevará varios años y que, aunque las autoridades están tomando medidas, «no han llegado con la bazuca que quiere el resto del mundo«. La incertidumbre geopolítica persiste, por lo que la seguridad para los inversores sigue siendo esquiva.
A pesar de todo, algunos inversores buscan oportunidades basadas en valoraciones atractivas y sólidos fundamentos, especialmente en sectores de crecimiento como la tecnología avanzada y la industria manufacturera. Las acciones chinas están baratas comparadas con otros mercados, como el S&P 500, el Nikkei japonés y el mercado indio.
Kamil Dimmich, socio y gestor de cartera de North of South Capital EM, señala que, aunque las oportunidades en la renta variable china no pueden ignorarse, deben moderarse debido a los riesgos macroeconómicos y políticos. Su exposición al mercado chino es menor que hace unos años, pero no tanto como cuando las valoraciones eran más altas.
Los flujos extranjeros hacia acciones chinas indican entradas de 37.600 millones de yuanes (5.180 millones de dólares) hasta la fecha, en comparación con 43.700 millones de yuanes en 2023. La estimación media de los analistas es que, aunque el máximo pesimismo hacia China ha pasado, la mayoría de los inversores siguen esperando una recuperación más definitiva.
«La paciencia de los ya comprometidos se está poniendo a prueba», afirma Wool, de Rayliant. «Es doloroso y estresante ir a la contra, asimilar toda la confianza negativa y ver los falsos comienzos de la recuperación. Como inversor activo a largo plazo en China, estoy acostumbrado a esto».