PEKÍN.- El Gobierno de China catalogó de falsos los datos que usó la organización estadounidense Human Rights Watch (HRW) en su informe sobre los derechos humanos presentado este martes 14 de enero en la ONU.
De acuerdo al informe, la fuerte represión del gobierno chino enfrentó una resistencia sin precedentes lo que desató el “ataque más intenso contra el sistema internacional de derechos que se haya registrado en décadas”.
“Las acciones de Pekín alientan y cosechan el apoyo de populistas autocráticos en todo el mundo, a la vez que las autoridades chinas usan su influencia económica para desalentar críticas de otros gobiernos”, concluyó el informe.
Por su parte el Gobierno chino aseguró que “el informe politiza el problema de los derechos humanos, ignora la verdad y usa gran cantidad de información falsa y sin contraste y presenta acusaciones infundadas sobre el estado de los derechos humanos en distintos países, en particular en China”.
La misión diplomática china recalcó que el informe de la ONG estadounidense, que critica la situación de los derechos humanos en particular en el país asiático, “está plagado de prejuicios y dobles estándares”.
“China expresa su repudio a ese informe y lo rechaza completamente”, enfatizó la representación permanente del gigante asiático en la ONU en un comunicado.
La representación subrayó que la población de su país, casi 1.400 millones de habitantes, tiene alimentos suficientes y el Gobierno sacó de la pobreza a 740 millones de personas.
“Hemos creado el mayor sistema del mundo en educación, seguridad social, sanidad y democracia. En nuestro territorio de 9,6 millones de kilómetros cuadrados no hay guerras ni terror y casi los 1.400 millones de ciudadanos chinos viven felices en paz y libertad”, remarcó.
El informe presentado por HRW asegura que las autoridades chinas intensificaron su asalto a la libertad de expresión, la policía en todo el país detuvo o convocó a cientos de usuarios de Twitter para obligarlos a eliminar lo que publicaron en sus redes sociales.
Asimismo, sostiene que el Gobierno lanzó una campaña de desinformación que presentaba a los manifestantes de Hong Kong como violentos y extremistas, lo que llevó a Twitter y Facebook suspender cientos de cuentas originarias de Chinas sospechosas de ser parte de la campaña.
Pekín silenció las críticas en el extranjero monitoreando a los estudiantes chinos en los campus universitarios, hostigando a los familiares de detractores que viven en China, censurando plataformas de redes sociales chinas que son populares entre la diáspora y aprovechando la influencia económica del país asiático, denuncia el informe.