DAMASCO.- El gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad ha condenado la presencia militar de Turquía en el norte de Siria como una violación de un protocolo de 1998 entre los dos países.
El sábado, el Ministerio de Relaciones Exteriores en Damasco acusó a Ankara de haber violado repetidamente el acuerdo de Adana durante los ocho años de guerra en Siria. «Desde 2011, el régimen turco ha violado y continúa violando este acuerdo», dijo una fuente del ministerio, citada por la agencia estatal de noticias SANA.
La fuente acusó a Turquía de «apoyar a los terroristas», usando el término del gobierno tanto para los rebeldes respaldados por Turquía como para otros grupos armados, incluido el ex afiliado de al-Qaeda, Hay’et Tahrir al-Sham (HTS). Dijo además que Ankara estaba incumpliendo el acuerdo cuando «ocupa el territorio sirio a través de organizaciones terroristas vinculadas a él o directamente a través de las fuerzas militares turcas».
Sin embargo, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, insistió en que el Protocolo de Adana otorga a su país el derecho de desplegar tropas en el país vecino.
Turquía respalda a las facciones rebeldes sirias que controlan parte del norte y tiene puestos de observación en la provincia de Idlib, controlada por los rebeldes, como parte de un acuerdo de «desescalada» firmado en 2017 con los principales aliados de al-Assad, Rusia e Irán.
Ankara ha amenazado durante meses con lanzar una nueva ofensiva en el norte de Siria para expulsar a los combatientes kurdo-sirios respaldados por Estados Unidos. Ha conducido dos veces incursiones en el norte de Siria entre 2016 y 2018. Desde entonces, sus fuerzas y sus aliados sirios han controlado un trozo de territorio en la frontera.
Ankara ha amenazado repetidamente con marchar hacia áreas más al este, donde los combatientes aliados de Estados Unidos de las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) tienen el control. El YPG es visto como una fuerza terrestre efectiva por parte de Estados Unidos en la lucha contra Estado Islámico, pero Turquía dice que está vinculado al proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que Ankara y Washington listan como un grupo terrorista.
El acuerdo de Adana se firmó en 1998 para poner fin a una crisis entre los vecinos, provocada por la presencia en Siria del líder del PKK Abdullah Ocalan y las bases administradas por el grupo. Turquía argumenta que el protocolo le proporciona a Ankara el terreno legal para intervenir en Siria contra el PKK y sus afiliados, debido a que el régimen sirio no actuó contra el grupo.