BRASILIA.- El proyecto de reforma a las jubilaciones en Brasil, con el que presidente Jair Bolsonaro se juega su credibilidad ante los mercados, superó el martes su primera legislativa al ser declarado admisible por una comisiono de la Cámara de Diputados.
Tras sesión de mas de nueve horas, la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) dio su aval al proyecto con 48 votos a favor, 18 en contra y 0 abstenciones.
Ahora debe ser aprobado por una Comisión especial la cual analizará el proyecto en detalle, antes de ser enviado al plenario de la Cámara. Allí deberá obtener una mayoría de tres quintos de los escaños, en una doble votación, por tratarse de una reforma constitucional.
De igual manera, esos procedimientos deben repetirse en el Senado.
El polémico proyecto propone que la edad mínima de 62 años para las mujeres y 65 años sea la edad para jubilarse.
Asimismo, la propuesta determina además que los brasileños que quieran jubilarse con una pensión completa deberán contribuir durante 40 años con el sistema y aumenta de 15 a 20 años el tiempo de contribución para recibir el beneficio mínimo.
El proyecto pretende endurecer gradualmente el acceso al actual sistema de reparto, en el que el Estado gestiona las contribuciones de los trabajadores y las distribuye entre los jubilados.
Según el Ejecutivo, la reforma propiciará al Estado un ahorro de unos US$265.000 millones en una década, con lo cual se acabaría el crónico déficit fiscal que registra el gigante sudamericano desde hace años.
Sin embargo, la oposición sostiene que ese déficit pudiera ser superado con otras medidas de corte fiscal, y no con la “miseria” a la que serán “condenados” los trabajadores si se adopta un régimen de capitalización individual.