NAGORNO KARABAJ.- Los enfrentamientos entre las fuerzas separatistas armenias de Nagorno Karabaj y el ejército azerbaiyano continúan sin tregua este lunes, después de un domingo marcado por el bombardeo a objetivos civiles que provocó varias víctimas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de los separatistas de Nagorno Karabaj, apoyado militarmente y políticamente por Armenia, dijo que su capital Stepanakert, de 50.000 habitantes, fue “blanco de intensos disparos de cohetes” este lunes por la mañana.
Tras ocho días de hostilidades en esa región del Cáucaso Sur, se contabilizan 24 civiles muertos y otros 121 heridos, según la Fiscalía General de Azerbaiyán.
El número de víctimas mortales es el mismo que fue reportado el 4 de octubre por la tarde, pero el de heridos aumentó.
El conflicto azerbaiyano-armenio se remonta a los tiempos de la Unión Soviética, cuando el territorio de Nagorno Karabaj, poblado mayoritariamente por armenios, pido su incorporación a la vecina Armenia, tras lo cual estalló una guerra que dejó entre 25.000 y 30.000 muertos.
Al finalizar los combates, que se prolongaron hasta 1994, las fuerzas armenias se hicieron con el control de Nagorno Karabaj y también ocuparon vastos territorios azerbaiyanos para unirlo a Armenia.
Según la agencia de prensa Sputnik, al menos 93 mercenarios llegados de Siria ya han perdido la vida en Nagorno Karabaj desde que comenzó la espiral de violencia el pasado domingo, y 430 más ya partieron a la zona del conflicto, según una fuente de la oposición siria citada por ese medio.
“El domingo (4 de octubre) fueron repatriados a Siria los cuerpos de 53 mercenarios…Con ellos asciende a 93 la cifra de mercenarios sirios muertos en Nagorno Karabaj”.
La fuerte agregó que el pasado fin de semana viajó a la zona de conflicto un tercer grupo de combatientes sirios. “Han enviado a 430 personas más”, expresó.
El pasado 2 de octubre, le presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó que 300 yihadistas reclutados en Alepo, “conocidos y rastreados”, viajaron a Azerbaiyán a través de la ciudad turca de Gaziantep.
La nueva escalada en el conflicto podría tener consecuencias impredecibles porque hay varias potencias con intereses en la región: Rusia, el poderoso árbitro, Turquía la aliada de Azerbaiyán, e Irán.