WASHINGTON.- A menos de cinco meses para las elecciones presidenciales, Donald Trump afronta una realidad política muy diferente a la que se imaginó. Si las elecciones fueran hoy, perdería.
Donald Trump, los asesores del Ala Oeste y su equipo de campaña están cada vez más preocupados por sus bajas chances de reelección, luego de ver cómo su popularidad se hunde impulsada por su gestión en la crisis sanitaria y por una oleada de protestas en todo el país contra la injusticia racial.
Sus aliados temen que el presidente haya logrado lo que que su detractor de noviembre no había podido conseguir hasta ahora: despertar el entusiasmo en la base demócrata, poco convencida por Joe Biden.
Hoy por hoy, Trump afronta una perspectiva política ya difícil desde antes de la muerte de George Floyd, el afroamericano que murió bajo custodia policial.
Los crecientes costes humanos y económicos del COVID-19 y la desafiante respuesta desde la Casa Blanca, le han costado muchos apoyos en circuscripciones que su campaña considera cruciales para ganar en noviembre. También, lleva meses sin celebrar sus característicos mitines, y su ventaja de dinero en efectivo sobre Biden, aunque amplia, no ha crecido rápido como esperaba por el efecto de la pandemia.
El 80% de los votantes estadounidenses considera que la actual situación que se atraviesa el país está “fuera de control”, de acuerdo con una encuesta de los medios locales Wall Street Journal y NBC News.
Según el resultados del estudio, la mayoría de los republicanos (66%), demócratas (92%) e independientes (78%) está de acuerdo con que, en la actualidad, las cosas están fuera de control en Estados Unidos.
Asimismo, la propagación del COVID-19 y el coma en el que se encuentra la economía estadounidense están entre las mayores preocupaciones entre los entrevistados.
El equipo de Trump ya advirtió al presidente que el renovado debate nacional sobre la injusticia racial y la apuesta del presidente por la “ley y el orden” han animado a parte de la base demócrata, votantes jóvenes y afroamericanos, a elegir a Joe Biden, aunque sin mucho entusiasmo.
Trump ordenó a su equipo de campaña que prepare mitines a partir del verano, los asesores han indicado que podría resultar arriesgado llenar un estadio, creando el potencial de noticias negativas si se determina que hubo contagios del virus en un acto de campaña. Y Eso suponiendo que puedan convencer a esas multitudes de congregarse sin la existencia de una vacuna.