Críticas al gobierno italiano por polémico homenaje a fascistas

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ROMA.— El gobierno Italia enfrenta cuestionamientos por la conmemoración de una batalla clave de la Segunda Guerra Mundial, luego de que el Ministerio de Defensa afirmara que los soldados fascistas derrotados bajo el mando de Benito Mussolini murieron en defensa de la libertad del país.

En un mensaje publicado el miércoles en redes sociales, en el aniversario de la batalla de El Alamein (Egipto) de 1942, el Ministerio calificó el conflicto como «heroico y trágico», destacando a los soldados italianos que participaron: «Sacrificaron sus vidas por nuestra libertad».

En esta batalla, las fuerzas de la Italia fascista y la Alemania nazi, lideradas por el general alemán Erwin Rommel, se enfrentaron a las fuerzas del Reino Unido y sus aliados, bajo el mando del general británico Bernard Montgomery.

Paola Chiesa, jefa de la delegación del partido Hermanos de Italia en la comisión de Defensa del Parlamento, afirmó en Facebook que «el corazón de nuestra Nación está hoy en El Alamein».

Las publicaciones generaron amplias críticas de la oposición, académicos y en redes sociales. Mattia Guidi, profesor de política de la Universidad de Siena, expresó su incredulidad ante la afirmación de que El Alamein pudiera asociarse con la lucha por la libertad.

Por su parte, los diputados del Movimiento 5 Estrellas, el segundo partido de la oposición, emitieron un comunicado reconociendo la valentía de los soldados italianos, pero calificando de «inoportuno» presentarlos como luchadores por la libertad. En su opinión, los soldados fueron más bien víctimas del régimen colonial y fascista de Italia.

Hermanos de Italia, el partido de la primera ministra Giorgia Meloni, tiene raíces en el Movimiento Social Italiano (MSI), fundado en 1946 como sucesor de los camisas negras de Mussolini.

A casi 80 años del fin de la guerra, el legado del fascismo sigue siendo un tema incómodo para Italia. Desde que asumió el cargo hace dos años, Meloni ha sido criticada por varios gestos de nostalgia fascista entre miembros de su partido. Aunque ha rechazado todo tipo de totalitarismo y expresado su distanciamiento del fascismo, se ha resistido a definirse como «antifascista», a pesar de los constantes pedidos para que lo haga.