LA HABANA.— Funcionarios cubanos y estadounidenses se reunieron este martes en La Habana para debatir cuestiones migratorias, un tema de interés debido a la migración récord hacia Estados Unidos.
La delegación visitante estuvo encabezada por la subsecretaria adjunta del Departamento de Estado, Emily Mandrala, mientras que por la parte cubana fue el vicecanciller Carlos Fernández de Cossío, informó una nota de prensa del Departamento de Estado.
El diálogo representa “una oportunidad para discusiones sobre la implementación mutua de acuerdos migratorios” bilaterales, consigna el comunicado que, agrega que “nuestro compromiso de mantener conversaciones constructivas con el gobierno de Cuba cuando sea apropiado para promover los intereses de los Estados Unidos”.
Sin embargo, no se detallaron los temas tratados por ambas delegaciones. Esta es la segunda vez este año que se desarrollan rondas migratorias, que estuvieron paralizadas en el pasado.
Según cifras oficiales de las autoridades estadounidenses en el año fiscal 2021-2022 que comenzó en octubre del año pasado y finalizó el último septiembre, sus oficiales tuvieron contacto con más de 220.000 cubanos. En tanto, la Guardia Costera de Estados Unidos indicó que en ese mismo período que interceptó unos 6.182 migrantes en el mar.
Ambas cifras son récord, incluso por encima de la cantidad de personas que dejaron la isla durante la llamada Crisis de Mariel, en 1980, en la cual se registraron unas 125.000 salidas. Los cubanos sustituyeron en octubre a los venezolanos como la segunda nacionalidad más numerosa de migrantes después de los mexicanos.
Cuba atraviesa una fuerte crisis económica con desabastecimiento de alimentos, medicinas y productos de primera necesidad, al tiempo que se producen fuertes apagones.
La situación es una mezcla de las consecuencias de la pandemia de COVID-19, en especial la baja de los ingresos derivados del turismo, y el ajuste de las sanciones de Estados Unidos que presionan por un cambio en el modelo político de la isla.
La semana pasada funcionarios estadounidenses habían viajado a la isla para coordinar una reapertura del servicio consular de su embajada en La Habana -que debería retomarse en el 4 de enero-, paralizado desde 2017 luego de que Washington retirara a más de la mitad de su personal alegando extraños incidentes de salud de sus diplomáticos.