MANAGUA.— El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, lamentó los crímenes contra dirigentes sociales y exguerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y calificó ese país de narco-Estado por el dominio de los cárteles del narcotráfico que tienen presencia en todo el territorio.
“Colombia es un narco-Estado (…) yo lo viví en Colombia en una ocasión, en San Vicente del Cagúan donde nos encontramos con Manuel Marulanda”, líder de las FARC, ya muerto, expresó el mandatario.
El presidente de Nicaragua lamentó la muerte de dirigentes sociales y de excombatientes guerrilleros que se apegaron al Acuerdo de Paz y responsabilizó a las autoridades de la nación sudamericana de violar los derechos humanos.
“Los crímenes son impresionante todos los días. Hicieron La Paz y han asesinado más de mil personas. Familiares de guerrilleros que firmaron la paz, allí no hay paz”, sentenció Ortega, para quién el Gobierno de Colombia no tiene moral para hablar de derechos humanos en Nicaragua.
“Allí se violan los derechos humanos de forma permanente”, aseveró.
Ortega presidió el acto de graduación de cadetes de la Policía Nacional en homenaje al General Benjamín Zeledón, en el que participaron autoridades de Gobierno, representantes de los poderes del Estado y del Ejército de Nicaragua, celebrado en la Plaza de la Revolución de Managua.
En Colombia “todos los días están asesinando ciudadanos, maestros, autoridades locales, regiones, están asesinando dirigentes sociales todos los días, es impresionante como el crimen se ha instalado en esos países como Colombia; donde tienen gobernantes que se atreven a hablar de los derechos humanos y quieren darnos lecciones a los nicaragüenses en el tema de derechos humanos”, agregó Ortega.
Colombia, junto a otros países de la OEA, han promovido sanciones contra Ortega y toda su Administración, a la que señalan de violar los derechos humanos de opositores. Pero que el Gobierno de Nicaragua acusa de provocar el golpe fallido de 2018, violar la soberanía y actuar como agentes extranjeros financiados por Estados Unidos y otras potencias.