WASHINGTON.— Un ciudadano estadounidense y veterano del ejército, Shamsud-Din Jabbar, es el principal sospechoso de un mortal atentado ocurrido en Nueva Orleans durante la madrugada del 1 de enero, en el que al menos 14 personas fueron asesinadas y 35 resultaron heridas.
Jabbar, de 42 años atropelló y disparó contra la multitud en el centro histórico de la ciudad, aprovechando la aglomeración de personas que celebraban el Año Nuevo. Posteriormente, fue abatido en el lugar de los hechos por agentes de la policía, quienes respondieron a su ataque al fuego.
Las autoridades están investigando el suceso como un “acto de terrorismo” tras encontrar una bandera del Estado Islámico (EI) y otros materiales relacionados con dicho grupo extremista dentro del vehículo utilizado por Jabbar, una camioneta pick-up blanca. La policía ha confirmado que el sospechoso mostró una clara inspiración en el EI para cometer el atentado. Un portavoz del FBI declaró que Jabbar estuvo “al 100% inspirado” por el grupo terrorista.
La camioneta utilizada por Jabbar era de tipo eléctrico y había sido alquilada en Texas, un estado vecino a Luisiana, a través de la aplicación Turo. En el interior del vehículo, los investigadores hallaron explosivos caseros colocados en neveras portátiles. Tras colocar los explosivos, Jabbar abandonó el lugar y luego regresó para atropellar y disparar a la multitud.
El FBI indicó que, luego de realizar cientos de entrevistas y examinar sus redes sociales y dispositivos electrónicos, se ha encontrado evidencia de que Jabbar actuó en solitario. Aunque se ha sugerido que podría no haber tenido cómplices, las autoridades han dejado claro que aún es demasiado temprano para confirmar todos los detalles, por lo que la investigación sigue en curso.
Las autoridades también han comenzado a desentrañar la vida personal y profesional de Jabbar, lo que podría arrojar más información clave para entender las razones detrás del ataque.
El perfil del terrorista
Jabbar nació en Estados Unidos y residía en Houston, Texas, a unos 500 kilómetros de Nueva Orleans. Según el FBI, Jabbar había servido en el ejército de EE. UU., donde ocupó diferentes cargos, incluidos roles en recursos humanos y tecnología de la información. Fue destinado en Afganistán entre 2009 y 2010. Tras su baja, trabajó para la firma de contabilidad Deloitte desde 2021. En su puesto de «nivel de personal», su salario anual rondaba los 125.000 dólares, según los registros judiciales de su último divorcio.
Deloitte confirmó que Jabbar fue parte de su equipo, aunque expresó su sorpresa al enterarse de su implicación en el ataque. Jonathan Gandal, director general de la empresa, condenó el acto de violencia, asegurando que estaban colaborando plenamente con las autoridades en la investigación. En adición a su trabajo en Deloitte, se sabe que Jabbar también había estado empleado previamente en otra firma consultora, Ernst & Young.
La vida personal de Jabbar, sin embargo, estaba marcada por problemas financieros y relaciones conflictivas. Estaba divorciado en dos ocasiones y tenía hijos de ambos matrimonios. El primer matrimonio terminó en 2012, mientras que el segundo, con su esposa de 2017 a 2022, fue más tumultuoso.
Durante su segundo divorcio, se descubrió que Jabbar enfrentaba graves dificultades económicas, incluyendo una deuda significativa de más de 40.000 dólares en tarjetas de crédito.
La esposa de Jabbar alegó que él tenía problemas de mala gestión financiera, acusándolo de “retiros excesivos de efectivo” y “gastos innecesarios e irrazonables”. En este contexto, su segunda esposa solicitó una orden de alejamiento temporal contra él. Además, Jabbar había fundado una empresa inmobiliaria, Blue Meadow Properties, que según los informes estaba en pérdidas.
En cuanto a su historial, Jabbar también tenía antecedentes penales menores, relacionados principalmente con infracciones de tráfico y un robo. Los detalles sobre su comportamiento en los días previos al ataque son inquietantes.
El FBI ha revelado que Jabbar recogió el vehículo utilizado para el ataque el 30 de diciembre en Houston, y durante su viaje hacia Luisiana, publicó varios videos en línea en los cuales expresó sus intenciones y motivaciones. En uno de estos videos, Jabbar reveló que originalmente planeaba hacerle daño a su familia, pero que luego decidió cambiar de objetivo. Sin embargo, también en estos videos, proclamó su lealtad al Estado Islámico, aunque hasta el momento el grupo no ha reivindicado la autoría del ataque.
Jabbar, en otro video publicado en YouTube en 2020, había hablado sobre su tiempo en el ejército, destacando que esa experiencia le había enseñado el “sentido del gran servicio” y la importancia de ser meticuloso y comprometido en todo lo que hacía, asegurando que su formación le había ayudado a ser “receptivo y tomar todo en serio”. Además, se sabe que en 2017 se graduó con un título en sistemas informáticos de la Universidad Estatal de Georgia.
La investigación sobre este ataque continúa siendo prioritaria para las autoridades, que están buscando esclarecer todas las circunstancias del acto de violencia. Aunque por el momento todo apunta a que Jabbar actuó solo, los investigadores no descartan nuevas líneas de pesquisa.