BRASILIA.- Escasez de productos en supermercados, funcionamiento irregular del transporte público, uso limitado de los recursos como gas, agua, luz, son algunos de los fenómenos que están enfrentando los brasileños tras una semana de huelga por parte de los camioneros,quienes protestan por el alza en el precio del diésel.
La Asociación Brasileña de Proteína Animal informó este domingo que unos 64 millones de pollos y aves murieron por falta de alimento y otros mil millones están en peligro en este momento, al igual que 20 millones de cerdos. Remendar las consecuencias del desabastecimiento podría demandar hasta dos meses, según estimaciones de expertos.
Asimismo, la Asociación Nacional de Hospitales Privados manifestó preocupación con la crisis. Escasez de alimentos para pacientes, falta de ropa limpia, ambulancias paradas sin combustible, ausencia de médicos e irregular recolección de los desechos tóxicos fueron algunos de los problemas que señalaron en un comunicado.
Universidades y aeropuertos cancelaron sus actividades para este lunes por falta de combustible.
Temer sostuvo reuniones de emergencia con varios funcionarios de su gabinete para encontrar una solución a la crisis, mientras que los huelguistas ampliaron su lista de demandas y pedieron, entre otras cosas, retomar el precio del diesel de julio de 2017 y congelarlo por tres meses, además de regular los precios de los fletes de transporte.
El Ejecutivo autorizó el viernes la movilización de las Fuerzas Militares para liberar los bloqueos de carreteras y resguardar vehículos e infraestructura clave para minimizar el impacto de la crisis.
