ROMA.— El ex primer ministro de Italia, Mario Draghi, ha instado a los países de la Unión Europea a intensificar sus esfuerzos colectivos para cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China, especialmente en el ámbito de las tecnologías avanzadas.
En un artículo publicado este lunes, Draghi destacó la necesidad de una inversión anual adicional de entre 750.000 y 800.000 millones de euros, lo que representa aproximadamente entre el 4,4% y el 4,7% del PIB de la UE en 2023, según estimaciones de la Comisión Europea.
Draghi subrayó que Europa enfrenta una estructura industrial rígida, con pocas empresas emergentes capaces de desafiar a las industrias establecidas o generar nuevos motores de crecimiento.
Señaló que en las últimas cinco décadas no ha surgido ninguna empresa europea con una capitalización de mercado superior a los 100.000 millones de euros, a diferencia de las seis grandes compañías estadounidenses que han superado el billón de euros en ese mismo periodo.
«El problema radica en que la innovación en Europa está estancada en la fase de comercialización. Las empresas innovadoras que desean expandirse en el continente se ven constantemente obstaculizadas por políticas incoherentes y regulaciones restrictivas», afirmó Draghi. Esto ha llevado a que muchos emprendedores europeos busquen financiación y oportunidades de crecimiento en Estados Unidos, lo que evidencia las barreras a las que se enfrentan dentro de Europa.
Con el avance de la inteligencia artificial en el horizonte, Draghi advirtió que Europa no puede permitirse quedar rezagada en las tecnologías del pasado. Además, hizo hincapié en que la región debe garantizar que sus ciudadanos estén equipados con las habilidades necesarias para aprovechar las nuevas tecnologías, con un enfoque en la educación continua y la inclusión social.
En cuanto a la competencia con China, Draghi alertó sobre la creciente rivalidad en sectores como la tecnología limpia y los vehículos eléctricos. El ex primer ministro destacó que China está avanzando rápidamente gracias a una combinación de políticas industriales agresivas, subsidios, control de materias primas y la capacidad de producir a gran escala. Si bien depender de China puede parecer la opción más rentable para alcanzar los objetivos de descarbonización de Europa, Draghi advirtió que esta competencia respaldada por el Estado representa una seria amenaza para las industrias tecnológicas y automotrices del continente.
En conclusión, Draghi enfatizó la urgencia de una reorientación estratégica en Europa que permita competir en igualdad de condiciones con Estados Unidos y China, mientras se fomenta un entorno de crecimiento empresarial, innovación tecnológica e inclusión social.