WASHINGTON.- Doce oficiales de inteligencia militar rusa hackearon al equipo de campaña de la candidata presidencial Hillary Clinton y al Partido Demócrata, y filtraron decenas de miles de comunicaciones privadas dentro de un plan de gran envergadura por parte del Kremlin para investigar las elecciones estadounidenses de 2016, de acuerdo con una acusación formal hecha pública días antes que Donald Trump concrete su encuentro con par ruso Vladimir Putin.
La acusación corresponde a los primeros cargos presentados por el fiscal especial Robert Mueller contra funcionarios del gobierno ruso “por entrometerse en asuntos políticos estadounidenses”, un plan que las agencias de inteligencia de Norte América afirman estuvo dirigido a apoyar a la campaña de Trump y perjudicar a Clinton.
La acusación formal afirma que el 27 de julio de 2016 fue la primera vez que la oficina de Clinton sufrió un ataque cibernético. Sin embargo, la investigación data que la operación contra Clinton inició el 10 de marzo de ese mismo año y alcanzó su éxito el 19 del mismo mes cuando agentes rusos de inteligencia hackearon la cuenta de correo de Jhon Podesta, el presidente de campaña de Clinton, según una investigación de la agencia de noticias Associated Press.
El documento de 19 paginas señala que la inteligencia rusa utilizó el “pishing”, una técnica de suplantación de identidad para el robo de datos, de forma repetitiva e intensiva. Entre marzo y abril hubo cerca de 300 intentos de interferir unas 120 cuentas del Comité Nacional Demócrata, de Clinton y de activistas de izquierda del país.
Luego incluyeron la oficina personal de Clinton dentro de sus ataques cuando Trump durante un discurso dijo: “Rusia si me estas escuchando, espero que puedas encontrar los 30.000 correos electrónicos que están desaparecidos”. Esa misma tarde la Agencia de Inteligencia de Rusia acató la orden del presidente norteamericano.