EEUU presiona a India para que no compre crudo venezolano

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WASHINGTON.- Como una medida más del bloqueo comercial que Washington impone a Caracas, el gobierno estadounidense ahora busca entorpecer los negocios de Venezuela, con los pocos aliados que le quedan a Maduro.

Ahora la Casa Blanca presiona a India para que deje comprar petróleo a Venezuela, confesó en una entrevista Elliot Abrams, enviado especial de Estados Unidos para Venezuela.

Decimos que no deberían estar ayudando a este régimen, deberían estar del lado del pueblo venezolano”, dijo Elliot Abrams a Reuters en una entrevista.

El gobierno de Trump ha llevado el mismo mensaje a otros gobiernos, dijo Abrams, y ha presentado un argumento similar a los bancos extranjero y las empresas privadas que hacen negocios con el gobierno de Maduro.

La presión sobre India se produce cuando Estados Unidos y sus aliados regionales, que respaldan a líder opositor venezolano Juan Guaidó, amenazan con imponer más sanciones para cortar los flujos de ingresos al gobierno de Maduro y obligarlo a renunciar.

Washington considera a Guaidó como el líder legítimo de Venezuela y ha impuesto sanciones al sector petrolero del país y anunciado que congelará activos y la prohibición de viajes a los principales funcionarios del gobierno.

En ese sentido, el mercado indio es clave para la economía de Venezuela porque históricamente ha sido el segundo cliente más grande que paga en efectivo por el crudo del país de la OPEP, detrás de EE.UU, a través de sanciones contra Maduro, ha entregado el control de gran parte de esos ingresos a Guaidó.

Los envíos de petróleo a China, otro gran importador de crudo venezolano, no generan efecto porque se destinan a pagar miles de millones de dólares en prestamos hechos a Caracas por Pekín.

Las declaraciones de Abrams se enmarcan en el colapso del sistema eléctrico de Venezuela, que han afectado al 70% del país durante los últimos cuatro días.

Estados Unidos planea terminar el tratamiento comercial preferente para la India, que permite la entrada libre de impuestos de hasta 5.600 millones de dólares en exportaciones, como presión para que también deje de comprar petróleo iraní.