WASHINGTON.— El comunicado oficial de la Casa Blanca anunció que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, sancionó una medida adoptada por la Cámara de Representantes que ratifica y pone en marcha el pacto comercial suscrito entre Washington y Taiwán el 1 de junio.
La Cámara de Medios y Arbitraje de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos también comunicó que el acuerdo establece directrices en cinco esferas: administración aduanera y facilitación del intercambio comercial, prácticas regulatorias de calidad, regulación de servicios, lucha contra la corrupción y apoyo a las pequeñas y medianas empresas.
En el presente, Taiwán figura como el noveno socio comercial más destacado de los Estados Unidos, con un volumen de bienes comercializados en 2020 valorado en 90.600 millones de dólares, según los datos otorgados por la Oficina de Representación Comercial de los Estados Unidos.
La promulgación de esta medida se desarrolla en un momento de tensiones entre Pekín y Taipéi debido a lo que el Gobierno liderado por Xi Jinping considera una intromisión en sus asuntos internos que contraviene el principio de «Una China».
China ha reiterado en varias ocasiones su firme oposición a las relaciones comerciales y militares entre los Estados Unidos y Taiwán, además de exigir que la nación estadounidense acate el principio de «Una China».
Las relaciones entre China y la isla insurrecta se fracturaron en 1949 después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomintang fueran derrotadas en el conflicto civil por el Partido Comunista y se refugiaran en dicho archipiélago.
Los nexos únicamente se retomaron de forma informal y en el ámbito empresarial hacia finales de la década de 1980. La doctrina clave de China con relación a Taiwán busca una reunificación pacífica bajo la premisa de «un país, dos sistemas».
El contexto en torno a Taiwán se volvió más complejo después de la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, a la isla el 3 de agosto de 2022, a pesar de las objeciones planteadas por Pekín. Esta visita fue interpretada por China como un respaldo por parte de Washington a los independentistas taiwaneses y generó, en respuesta, ejercicios militares de gran envergadura.