TEL AVIV.— Israel informó que está reforzando un alto el fuego en Gaza, después de haber llevado a cabo una serie de ataques aéreos durante la noche que amenazaron con desbaratar un acuerdo negociado por EE. UU. menos de un mes después de su puesta en marcha.
La ofensiva del martes —que siguió a acusaciones israelíes de un ataque de Hamás contra sus soldados— fue el episodio más serio de hostilidades desde la firma de la tregua entre Israel y Hamás en Gaza a mediados de octubre. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha vendido ese acuerdo como la primera fase de una hoja de ruta para estabilizar el enclave palestino devastado por la guerra y otros frentes regionales.
Trump defendió los ataques israelíes temprano el miércoles y dijo estar confiado en que el alto el fuego se mantendría.
“Los israelíes respondieron, y deben responder”, dijo Trump a los periodistas en el Air Force One mientras se trasladaba a una cumbre de líderes de la Cuenca Asia-Pacífico en Corea del Sur, tras una visita a Japón.
El colapso de la tregua sería un duro golpe para Trump, que se ha atribuido el mérito del acuerdo y ha repetido que se mantendrá. Se ha vanagloriado de que pondrá fin a cientos de años de conflicto en la región.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó el martes “ataques contundentes” contra Hamás, en respuesta a la muerte de un soldado en una emboscada. Los bombardeos en Gaza dejaron 104 muertos, incluidos 42 niños, según el ministerio de Salud administrado por Hamás.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, dijo en un comunicado el miércoles que decenas de comandantes de Hamás fueron eliminados en el asalto.
Hamás ha negado haber perpetrado ataques contra tropas dentro de las zonas de la Franja de Gaza que permanecen bajo control del ejército israelí —poco más del 50% del territorio— y reiteró su compromiso con el alto el fuego. La semana pasada, Trump atribuyó un ataque contra tropas israelíes a “elementos descontrolados”.
Trump afirmó que “nada” pondrá en peligro la tregua y añadió que Hamás es solo “una pequeña parte de la paz en Oriente Medio”.
“Dijeron que se portarían bien, y si se portan bien, estarán contentos”, dijo, repitiendo la amenaza de una acción militar total contra Hamás: “Y si no se portan bien, serán terminados. Sus vidas serán terminadas.”
En las pocas semanas desde su inicio, el frágil alto el fuego se ha mantenido en su mayor parte, pese a las pruebas que ha afrontado. Una de esas pruebas es la negativa de Hamás a devolver los cuerpos de rehenes que murieron en cautiverio tras el ataque de octubre de 2023 que desencadenó la guerra. El grupo devolvió a todos los rehenes que quedaban con vida en los días posteriores a la firma de la tregua.
Israel acusa al grupo, apoyado por Irán, de dilatar deliberadamente el proceso para evitar ser desarmado y ceder todo el poder, como prevé la segunda fase del plan de Trump. Hamás responsabiliza las demoras a la falta del equipo necesario para identificar y recuperar cuerpos sepultados bajo toneladas de escombros.
Medios israelíes informaron que Netanyahu podría ordenar a las tropas avanzar más allá de la “línea amarilla” —a la que el ejército se había retirado como parte de la tregua— para acorralar más a Hamás. Consultada sobre esos planes, una portavoz de la oficina de Netanyahu dijo que no se había tomado una decisión.
Trump reiteró que Hamás, designado como organización terrorista por EE. UU. y la Unión Europea, debe deponer las armas.
