BUENOS AIRES.- El sesgado pedido de justicia ante el caso de Santiago Maldonado, quien murió durante el gobierno de Mauricio Macri y el de Facundo Astullido Castro, desaparecido desde el 30 de abril, expone la doble vara jurídica de la actualidad argentina.
La foto de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner con la imagen de Santiago Maldonado “exigiendo” a la anterior administración la aparición con vida del joven, todavía está en el imaginario de la sociedad.
.@CFKArgentina participó de una misa por Santiago Maldonado #UnMesSinSantiagohttps://t.co/8MBC9Yjeh5
— Perfil.com (@perfilcom) September 2, 2017
Sin embargo Cristina Fernández, la cara menos visible de este Gobierno aún no ha dicho nada ni exigió justicia sobre la desaparición de Facundo Astullido Castro, en Bahía Blanca, que fue visto por última vez en un control de la policía Bonarense, una jurisdicción gobernada por el oficialista Axel Kicillof, quien fuera oportunamente ministro de Economía de Cristina Kirchner.
Maldonado era un artesano que hizo causa común con el RAM, el polémico movimiento ilegal Mapuche que desconoce la autoridad del Gobierno argentino sobre territorios que considera propios, y cuyo líder Jonas Huala fue extraditado a Chile bajo cargos de asesinato durante la administración de Macri.
El primero de agosto de 2017 durante una protesta en la que reclamaban la pertenencia de los campos del magnate textil Benetton, la Gendarmería desalojó el lugar y después de las corridas nadie volvió a ver con vida a Maldonado.
Surgieron miles de hipótesis alrededor del caso, principalmente en ese momento, el kirchnerismo acusó a la Gendarmería Nacional de la desaparición forzada de Maldonado quien paso a convertirse en una bandera política del kirchnerismo, e incluso dio origen a una película financiada por el Estado nacional y dirigida por la hija de la ex mandataria titulada: «Maldonado».
En esos momentos, Victoria Donda, hoy presidenta del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), se presentaba en los medios de comunicación pidiendo justicia y la aparición con vida de Maldonado. Mientras que Cristina utilizaba el hashtag en su cuenta de Twitter #Dónde está Santiago?, y una catarata de publicaciones similares en sus redes sociales.
Dónde está Santiago Maldonado #unmessinsantiago pic.twitter.com/luJWtbVrc3
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) September 1, 2017
Lo cierto es que tiempo después los peritajes confirmaron que Maldonado en realidad falleció ahogado mientras intentaba huir de las fuerzas de seguridad cruzando el rio Chubut, conocido por cobrarse varias vidas en el pasado dada la fuerza de sus correntadas.
Las versiones de la oposición hoy hecha oficialismo sobre la muerte de Maldonado proliferaron en todo tipo de disparates, que el cadáver lo plantó Gendarmería, que lo plantaron los mismos mapuches, que lo mataron y que lo ubicaron ahí porque se venían las elecciones.
El caso de Facundo Astullido Castro
Castro salió de su casa en Pedro Luro el pasado 30 de abril con la intención de ir a visitar a su novia en Bahía Blanca, en pleno confinamiento estricto por la pandemia de COVID-19.
Después de pedir aventón durante un buen trayecto de su viaje, se topó con un control de identificación por parte de las autoridades provinciales, para eso lo llevaron a la comisaría y posteriormente lo dejaron en libertad, según sostiene la policía de Kicillof, para que prosiguiera su viaje a Bahía Blanca, a donde nunca llegó. ¿Por qué nadie hoy habla de Facundo? ¿Qué es lo que vuelve selectiva la justicia y los pedidos de aparición con vida de un individuo? se pregunta hoy públicamente el entorno de Facundo Castro.
Este miércoles el oficialismo propuso un controvertido plan de reforma judicial, el cual la oposición argentina asegura que busca favorecer la impunidad de la exmandataria y actual vicepresidenta, acusada por corrupción, Cristina Fernández.
Ayer se cumplieron tres meses de la ultima vez que Santiago Maldonado fue visto con vida…
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) November 2, 2017
Pero hoy la justicia por una posible desaparición forzada parece no tener asidero en medio de la pandemia. Organismos de Derechos Humanos, la Comisión de Desaparición Forzada de la ONU, la oposición y los partidos de izquierda han exigido respuestas sobre el paradero de Castro. Mientras que la vicepresidenta ha guardado silencio.
No es lo mismo un pedido de justicia cuando el muerto es responsabilidad de otro, a cuando la competencia recae sobre una de las figuras más emblemáticas del Ejecutivo es la idea que circula en torno al caso.