SAN SALVADOR.—En dos años de la «guerra» liderada por el presidente Nayib Bukele contra las pandillas violentas, El Salvador ha registrado más de 78,000 detenidos bajo un régimen de excepción, informó el gobierno.
Durante este período, también se han incautado unas 3,939 armas de fuego y 8,000 vehículos pertenecientes a las pandillas, según un informe oficial. Este número representa un aumento respecto al balance anterior de 77,300 presos.
El ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, afirmó en el canal de televisión estatal canal 10: «Esta guerra contra los terroristas continuará y no cesaremos en nuestras acciones para erradicar este mal endémico que ha afectado a nuestro país durante veinte años».
Anteriormente, las pandillas controlaban el 80% del territorio salvadoreño a través de fronteras imaginarias que delimitaban sus áreas de influencia delictiva. Villatoro destacó que estas fronteras ya no existen y que la población ya no está sometida al pago de extorsiones para moverse libremente.
El ministro de la Defensa, René Francis Merino, elogió en el mismo programa de televisión la coordinación entre el ejército y la policía en esta lucha contra las pandillas.
Sin embargo, organizaciones humanitarias han cuestionado las detenciones llevadas a cabo bajo el régimen de excepción, que permite arrestos sin orden judicial, advirtiendo sobre posibles repercusiones futuras.
Katya Salazar, de la ONG Fundación Debido Proceso, declaró que El Salvador enfrenta una situación insostenible con miles de detenidos y que es necesario aplicar un debido proceso judicial. Advierte que de lo contrario, tarde o temprano podrían surgir condenas de tribunales internacionales y el país podría enfrentar indemnizaciones.
El gobierno salvadoreño atribuye a las pandillas unos 120,000 homicidios en tres décadas, una cifra que supera los 75,000 muertos que dejaron doce años de guerra civil (1980-1992).