BERNA.— El mayor banco de Suiza, UBS, un tanto presionado por las autoridades, aceptó este domingo comprar a su rival, el Credit Suisse por 3.230 millones de dólares. La cifra es más del doble de lo que se había planteado en una primera oferta, en una operación que tenía como objetivo evitar el colapso de la entidad y el pánico en los mercados.
La fusión de los dos gigantes bancarios, que forman parte del grupo de 30 bancos considerados clave en el sistema financiero mundial, debería completarse y anunciarse a tiempo para la apertura de los mercados asiáticos este lunes más temprano. La esperanza es que el anuncio sea suficiente para evitar un pánico generalizado.
El sector bancario está sometido a tensiones desde que los principales bancos centrales subieron las tasas bruscamente en un intento de controlar la inflación.
El presidente de la Confederación Helvética, Alain Berset, afirmó que es la mejor manera de «restablecer la confianza». Esta solución «no solo es decisiva para Suiza, sino para la estabilidad de todo el sistema financiero mundial«, afirmó Berset.
La quiebra del Silicon Valley Bank en Estados Unidos y de otros bancos regionales aumentó la ansiedad de los inversores y provocó la crisis en otras entidades consideradas débiles. Es el caso de Credit Suisse, que arrastra varios escándalos hace años y que no logró resolver pese a los esfuerzos de su dirección, por lo que anunció un plan de reestructuración de tres años.
Según Bloomberg, UBS ha exigido que el gobierno se haga cargo de los costes legales y las posibles pérdidas, que podrían ascender a miles de millones de francos. UBS, que tardó varios años en recuperarse de la crisis financiera de 2008 y de un rescate estatal masivo, está empezando a recoger los frutos de sus esfuerzos.
Por eso fueron necesarios los esfuerzos por parte de las autoridades antes de que la dirección del banco aceptara asumir el papel de rescatador de Credit Suisse.
Debido a los riesgos, la Confederación Suiza otorgará una garantía equivalente a más de 9.000 millones de euros para reducir los riesgos en los que incurre el banco UBS al absorber el Credit Suisse, dijo la ministra de Finanzas, Karin Keller-Sutter.
Dicha garantía funciona «como si fuese un seguro» y cubrirá eventuales pérdidas «de un portafolio muy específico» del Credit Suisse y únicamente si estas pérdidas superan un umbral que la ministra no precisó.
Keller-Sutter indicó que la quiebra de Credit Suisse «hubiese tenido consecuencias irreparables» no sólo para Suiza, sino para la banca en el resto del mundo y que por esta razón «asumimos responsabilidades que van más allá de nuestras propias fronteras».