PEKÍN.- Las sanciones bilaterales que se han impuesto Estados Unidos y China entran en vigor este lunes, una medida que refleja la última escalada de tensiones dentro de la guerra comercial que libraron ambas naciones durante los últimos meses.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, señaló este domingo que la Administración del presidente, Donald Trump, no tiene intención de frenar de sus agresiva política comercial hacia China, y afirmó que su Gobierno “va a ganar” la guerra comercial entre ambos países.
Las sanciones estadounidenses, que tendrán un valor de 200.000 millones de dólares en bienes chinos, y las consecuentes sanciones chinas, por un valor de 60.000 millones de dólares, entraron en vigencia a partir de este lunes.
Donald Trump dejó ver su frustración esta semana ante los escasos progresos en las conversaciones bilaterales para reducir el déficit comercial de Estados Unidos con China, y elevó el tono al acusar a Pekín de querer influir en las elecciones legislativas de noviembre en el país norteamericano.
La magnitud de los nuevos gravámenes impulsados por Trump, un 10% a 200 mil millones de dólares, implica un notable aumento en la cantidad de productos afectados, ya que hasta ahora habían sido de 50 mil millones dólares, y con ello ha incrementado el nerviosismo en el sector empresarial.
A este nerviosismo y a los efectos negativos de la guerra comercial se la ha intentando restar importancia. El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, reiteró que los aranceles han sido diseñados con el objetivo de “modificar el comportamiento de China” y que se busca “establecer un campo de juego comercial equilibrado”.
Ross también señaló que Pekín se está quedando sin balas para responder a las sanciones dado que las exportaciones estadounidenses a China son mucho menores que las chinas a Estados Unidos.