WASHINGTON.- Como estaba previsto, Estados Unidos y China aplicaron el domingo sus últimos aranceles contra los productos que importan del otro.
Esto seguramente, aumentará los precios que los estadounidenses pagan por todo tipo de artículos de fabricación china, desde prendas de vestir hasta artículos deportivos antes de la convulsionada temporada navideña.
Lo que hace poco más de un año comenzó como un ataque unilateral de Estados Unidos contra China para defenderse de un presunto “robo de propiedad intelectual”, se fue convirtiendo de a poco en una guerra comercial entre las dos economías más poderosas del mundo.
Los equipos negociadores de ambas partes aclararon que continúan hablando y se reunirán este mes, pero eso no implica ningún cambio en el panorama como ya ha ocurrido antes.
“Vamos a ganar la pelea”, dijo Trump a la prensa. “Estamos teniendo conversaciones con China, hay reuniones programadas, se están haciendo llamadas. Creo que la reunión en septiembre continúa, no se ha cancelado”, aseveró.
Los aranceles ya suman USD 125 mil millones adicionales en productos chinos durante el fin de semana, y Trump señaló que eso no había cambiado a pesar de un lenguaje más conciliador entre las dos partes en los últimos días.
Asimismo, Donald Trump defendió su agresiva política arancelaria en Twitter y aseguró que “no afectarán tanto a los consumidores estadounidenses porque la moneda china ha bajado, lo que les da a nuestros importadores un descuento (…) Esto se trata de la libertad estadounidense. Redirigir la cadena de suministro. ¡No hay razones para comprar todo de China!”.
Peter Morici, Economist: Tariffs will not impact American consumers that much because the Chinese currency has gone down, which gives our importers a discount. Importers can find suppliers outside of China. Absolutely worth it, we don’t want to be servants to the Chinese! This…
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 1, 2019
Se espera que en los próximos días se retomen las negociaciones para buscar solución a una guerra en la que cada ataque es respondido de la misma manera, arrastrando a otras poderosas economías como la de la Alemania, en su disputa.