MADRID.- España volverá a votar este domingo por cuarta vez en cuatro años, y la segunda en 2019, con las violentas protestas en Cataluña y el auge del partido de ultraderecha como protagonistas de la campaña electoral.
Los 37 millones de españoles están llamados de nuevo a votar porque, aunque el Partido Socialista (PSOE) del presidente en funciones, Pedro Sánchez, ganó los comicios del pasado 28 de abril, no logró una mayoría parlamentaria suficiente para gobernar. Ningún otro candidato logró conseguir los 176 escaños necesarios.
Esta vez el escenario no luce sencillo para los socialistas de Sánchez, especialmente después de que la justicia condenara a varios líderes separatistas catalanes a penas de cárcel, desatando una violenta ola de protestas y generando duros choques entre independentistas y las fuerzas de seguridad.
El PSOE había adoptado una postura más bien conciliadora de cara a los separatistas, con el fin de no espantar a su electorado en Cataluña, donde el partido suele alcanzar buenos resultados.
Sin embargo, la postura blanda no fue bien aceptada en todo el país. Los últimos sondeos auguran que el PSOE obtendrá menos curules que en las elecciones de abril. Ciertamente no era eso lo que calculó Sánchez, cuando convocó elecciones anticipadas, tras fracasar en formar una coalición con el partido de izquierdas Podemos.
De hecho, el estancamiento político que sufre España fue consecuencia al final del bipartidismo con la aparición del partido de izquierda y de otro en la derecha, luego de la crisis económica global que golpeó fuertemente a España. Sin experiencia en formar gobiernos de coalición, los líderes de las distintas plataformas políticas no logran consensuar acuerdos para gobernar.
Hasta comienzos de 2019 ningún grupo de ultraderecha había logrado representación parlamentaria desde que España reinstaló la democracia tras casi cuatro décadas de dictadura del general Francisco Franco, quien falleció en 1975.
En las elecciones del pasado abril esto cambió cuando Vox saltó a la escena política nacional logrando 24 escaños bajo la promesa de anotar una línea dura contra Cataluña y la inmigración.
Muchas de las encuestas para este 10 de noviembre predicen que Vox y su candidato, Santiago Abascal, podrían más que mejorar su resultado anterior y capitalizar el sentimiento derechista que surgió luego de que el PSOE exhumara los restos de Franco de su mausoleo el mes pasado.
Vox ya juntó alianzas con otros dos partidos de la derecha española, el Partido Popular (PP) y Ciudadanos, en coaliciones regionales y municipales.
Lo cierto es que el partido vencedor de este domingo además de lidiar con el independentismo en Cataluña, el próximo gobierno tendrá que buscar fórmulas para aliviar un desempleo crónico, mantener el crecimiento económico y asegurar que el Brexit no afectará la agricultura ni el turismo, dos pilares base de la economía española.

