ADÍS ABEBA.- Las Fuerzas de Defensa Nacional de Etiopía llevaron a cabo “operaciones aéreas quirúrgicas y de precisión” en las afueras de la capital de Tigray, Mekele, según el grupo de trabajo de emergencia del Gobierno, en medio de un conflicto que ya completa dos semanas.
El primer ministro Abiy Ahmed también dijo este martes que un ultimátum de rendición de tres días emitido a las fuerzas especiales de Tigray y sus milicias aliadas había ya expirado.
“Después de expirar este plazo, el último acto crítico de la aplicación de la ley se hará en los próximos días”, escribió el gobernante en Facebook.
No hubo comentarios inmediatos de los dirigentes de Tigray.
Este fin de semana, varios misiles disparados desde la región etíope de Tigray alcanzaron la capital de la vecina Eritrea, Asmara. Una demostración de la violencia que refuerza los temores de que el conflicto, inicialmente interno en Etiopía, se extendiendo más allá de sus fronteras.
El domingo, el presidente de la región de Tigray, liderada por el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), que desafió la autoridad del Gobierno federal etíope durante varios meses, se atribuyó la responsabilidad de los ataques.
Más de 25.300 personas han huido de la región etíope del Tigre en dirección al vecino Sudán, hasta 5.000 por día y la mayoría de ellos mujeres y niños, según registró la Agencia para Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR).
Su destino final es el campo de refugiados de Um Rakouba, donde escasean los alimentos.
Varios países africanos están intentando mediar en el conflicto iniciado el pasado 4 de noviembre. La región de Tigray continúa aislada y sin acceso a internet, lo que resulta difícil para conocer el número exacto de muertos y refugiados. No obstante, Amnistía Internacional denunció hace unos días la “muerte a puñaladas y machetazos” de “prontamente cientos de civiles”.