Cerca de once países del viejo continente importan madera ilegal de Ipe, un pueblo en Brasil, lo que aumenta el riesgo de que el mayor bosque tropical del mundo entre en un punto de no retorno.
En el Día Internacional de los Bosques, Greenpeace denunció esta práctica ilegal, que también tiene en riesgo de desaparición a varias comunidades indigenas. La celebración instaurada por Naciones Unidas, se centró este año en el lema “Vivamos en ciudades más verdes, saludables y felices”.
Miguel Soto, responsable de Greenpeace España, contó en entrevista con Efeverde que la organización esta llevando a cabo un informe desde 2014 llamado “Arboles imaginarios, destrucción real” que documenta cómo se produce la tala ilegal de madera en esa zona de la Amazonia.
Esta madera “robada” y comercializada de manera ilegal en países como Estados Unidos, Francia, Portugal, Bélgica, Piases Bajos y España ha reducido la densidad de Ipe y ha ido disminuyendo gradualmente de acuerdo a los 586 informes realizados por las autoridades brasileñas sobre deforestación.
Estos países que ademas estarían «violando la legislación europea”, están contribuyendo a la rápida perdida de vegetación que hoy registra el Amazonas, cerca del 17% de su flora, según los datos aportados por los biólogos de la ONU.
La humedad del Amazonas es importante para la producción del cliclo del agua en la Tierra, además beneficiosa para el ser humano y la agricultura. Si la Amazonia alcanza el 20 porciento desde el 17% actual correr el riesgo de convertirse en una inmensa sabana, advirtieron los biólogos de la Fundación del la ONU.