BARCELONA.- El ex primer ministro socialista francés, Manuel Valls, renunció a su cargo en Francia y se propuso un nuevo desafío político: convertirse en el próximo alcalde de Barcelona.
Actualmente Valls se desempeña como diputado en el partido En Marcha y es alcalde de Ivry, dos cargos que abandonará en los próximos días ya que si bien la legislación francesa no le prohíbe hacer campaña en un municipio extranjero y mantener su escaño, la situación es inaudita.
«Quiero ser el próximo alcalde de Barcelona (…) La ciudad se encuentra sumida en una dinámica perdedora. Tenemos que frenarla, necesitamos cambiar de rumbo y un nuevo liderazgo cuanto antes mejor», afirmó al anunciar su candidatura. La creciente inseguridad, la degradación del centro histórico y saturación turística, los problemas de acceso a la vivienda o la fuga de empresas por la crisis separatista fueron algunas de las complicaciones que el político franco-español enumeró.
Se cree que Valls decidió irse de Francia ya que no cuenta con el suficiente apoyo como para incrementar su carrera política en esa región. El socialismo le soltó la mano; desde que Emmanuel Macron asumió la presidencia se lo empezó a ver solitario y relegado por la mayoría de las agrupaciones parlamentarias, los seguidores del presidente no lo respetan y difícilmente Macron le de una posición política importante dentro del partido. Cataluña será un nuevo comienzo.
Políticos, periodistas y ciudadanos se manifestaron verbalmente tras el anuncio de Valls, quien nunca antes incursionó en la política española/catalana. «No sé qué viene a hacer este aquí (…) Imagino que como no lo quieren en Francia, viene a Barcelona a ver si pesca algo», afirmó una jubilada de 68 años y militante independentista en la Sant Jaume, característica de la ciudad.
«No lo veo mal (…) Es una persona de prestigio, con reconocimiento internacional y puede mejorar la imagen de Barcelona», defendió David Centellas, también ciudadano catalán.
Quim Torra y Carles Puigdemont también se hicieron eco. «Es un candidato que no conoce Barcelona, que no es conocido en Barcelona», afirmó el ex presidente catalán, mientras que Torra, actual presidente, fue duro y le deseó «un fracaso importante».