MANAGUA.— Un sacerdote católico de Panamá, Donaciano Alarcón, ha sido expulsado de Nicaragua y llevado a la frontera con Honduras, acusado de haber organizado una procesión de Semana Santa sin autorización, según informó él mismo en una entrevista con la radio Hogar de la Arquidiócesis de Panamá.
Alarcón, quien oficiaba como párroco en la localidad de Cusmapa, cerca de la frontera con Honduras, fue detenido por la policía el 3 de abril luego de oficiar una misa.
Las autoridades nicaragüenses no han comentado sobre este incidente, que se produce en medio de tensiones entre el gobierno de Daniel Ortega y la Iglesia, y en un momento en que las relaciones diplomáticas de Managua con el Vaticano están al borde de la ruptura.
El superior de los claretianos para Centroamérica, Ismael Montero, indicó que Alarcón había sido «seguido» durante varios días. Alarcón negó haber organizado una procesión y señaló que había informado a la gente que no deberían hacerla debido a la prohibición del gobierno.
«La situación en Nicaragua es incómoda porque no se puede hablar de nada», dijo Alarcón en la entrevista.