ÁMSTERDAM.- Gracias a un sistema centrado en la rehabilitación, en conjunto con el uso de tobilleras de control, el numero de presos en Holanda disminuyó a casi la mitad en solo 10 años. En 2006 el país contaba con casi 20.500 reclusos, mientras el 2016 cerró con un numero por debajo de los 10.200. A grandes rasgos, cada 100.000 holandeses solo 59 son presos.
Esta baja en el número de reclusos provocó que la cárcel Bijlmerbajes, en Ámsterdam, interrumpiera su actividad tradicional y se convierta en un centro de capacitación para startups y nuevas empresas llamado Lola Lik.
El servicio penitenciario de Wenckebachweg, también en Ámsterdam, se transformó en un centro de refugio que hospeda a más de 1.000 personas, brindándoles cursos de rápida salida laboral e idiomas. La prisión De Koepel, en Haarlem, siguió este mismo modelo y volcó su actividad para alojar a aquellos que solicitan asilo.
Los refugiados, que llegan a Holanda con la esperanza de rehacer su vida y conseguir un lugar donde vivir, tienen permitido instalarse en este tipo de centro durante seis, mientras esperan una respuesta concreta del Gobierno.