VARSOVIA.— La isla sueca de Gotland es clave para el control del mar Báltico, según oficiales suecos y polacos que participan esta semana en ejercicios militares destinados a disuadir un posible ataque ruso, en un contexto de crecientes tensiones entre la OTAN y Moscú.
“Básicamente es como un enorme portaaviones en medio del Báltico”, dijo el intendente Oscar Hannus de la Marina sueca, enmarcado por uno de los sistemas de misiles RBS-15 de Suecia, que serían utilizados contra cualquier amenaza marítima a la isla.
La unidad de Hannus, junto con paracaidistas y fuerzas de misiles costeros de Polonia, es una de las varias que participan en la Operación Gotland Sentry, que pone a prueba los planes de Suecia y la OTAN para desplegar fuerzas terrestres, navales y aéreas en una defensa rápida de Gotland.
“Estamos aquí en Gotland con nuestros aliados polacos… para disuadir a posibles enemigos del Este en caso de que quieran someternos a algún tipo de amenaza aquí en Gotland o en el mar Báltico”, agregó Hannus.
Gotland, popular entre los turistas suecos por sus playas de arena, ha adquirido una creciente importancia estratégica desde que el presidente ruso Vladímir Putin ordenó la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022.
A solo 300 km de Kaliningrado, enclave que alberga a la Flota del Báltico rusa, Gotland domina rutas marítimas vitales y sería crucial si la OTAN tuviera que enviar tropas y suministros para reforzar a los estados bálticos —Lituania, Letonia y Estonia—, lo más probable desde Suecia.
“Desde la isla, diversos sistemas de misiles de largo alcance pueden utilizarse para defender a los aliados y, al mismo tiempo, disuadir a Rusia”, explicó Ewa Skoog Haslum, jefa de Operaciones Conjuntas de la Marina sueca, en el campo de tiro militar de Tofta, en Gotland.
“La isla también desempeña un papel crucial en el mantenimiento de rutas de suministro libres para las fuerzas de la OTAN, así como en la sostenibilidad del tráfico marítimo civil, vital para el abastecimiento de varios países de la región”, añadió.
Desmilitarizada tras la Guerra Fría, Suecia ha venido reforzando su presencia militar en esta isla rocosa de 170 km de longitud, ubicada al sur de Estocolmo, frente a una Rusia cada vez más asertiva.
En 2018, Suecia reactivó el Regimiento de Gotland del Ejército y desplegó baterías de misiles tierra-aire en la isla, además de reforzar otras infraestructuras militares.
Tras décadas de compromiso con la neutralidad, Suecia se unió a la OTAN en marzo de 2024, lo que ahora le permite contar con el respaldo de los miembros de la alianza para su defensa —y la de Gotland—.
“Cuando colocas una unidad de misiles en Gotland… puedes asegurar casi todo el Báltico”, dijo el vicealmirante Krzysztof Jaworski de la Marina polaca. “Yo diría que es importante para todos los países del mar Báltico”.

