CIUDAD DE GUATEMALA.— Los fuertes aguaceros que afectan Guatemala ya dejaron 11 personas muertas y 251.668 afectadas desde que inició la actual temporada a principios de mayo, especialmente por deslaves de tierra en poblados indígenas, informó este martes Protección Civil.
Un recuento de la Coordinadora para la Reducción de Desastres (CONRED) reveló que las precipitaciones también han dejado cinco personas heridas, 1.601 evacuadas y 20 con urgencia de albergue.
11 muertos en #Guatemala y 250.000 afectados por fuertes lluvias #01Jun
Las precipitaciones también han dejado cinco personas heridas, 1,601 evacuadas y 20 albergadas.
Flujos de lodo, inundaciones, colapsos estructurales, deslizamientos de tierra, hundimientos y fuertes vientos pic.twitter.com/ajKU4v3PqF
— Reporte Global (@RadioRecorte) June 1, 2022
El informe de la CONRED, ente a cargo de Protección Civil en el país, también sostiene que los daños a la infraestructura y acumula 671 viviendas con daño leve, moderado y severo, tres escuelas y 46 carreteras afectadas, ninguna destruida, cuatro puentes afectados y uno destruido.
Asimismo, indica que entre el 30 y 31 de mayo se reportaron 18 incidentes que dejaron 33.696 personas afectadas.
Las precipitaciones causaron flujos de lodo, inundaciones, colapsos estructurales, deslizamientos de tierra, hundimientos y fuertes vientos en ocho de los 22 departamentos que conforman este país centroamericano. En el corto lapso, ya se reportan 11 víctimas mortales, de ellas 10 por deslaves de tierra y un hombre arrastrado por una fuerte corriente de agua.
Entre las personas fallecidas por aludes figuran una madre y sus seis hijos, así como otros tres niños que eran hermanos en dos regiones indígenas, la población más vulnerable en la nación, donde casi el 60% de sus 17 millones de habitantes vive en pobreza.
En 2021, en Guatemala, los incidentes asociados a las lluvias dejaron unas 35 personas fallecidas, tres desaparecidas, 17 heridas, casi 1,5 millones afectados y 11.911 evacuadas.
Cada año, la temporada de lluvias, que inicia a principios de mayo y suele extenderse a noviembre, deja decenas y hasta cientos de muertes en Centroamérica, una de las regiones más vulnerables ante la voracidad del cambio climático.