SALUD.— El uso del alucinógeno psilocibina, una variante sintética de una sustancia contenida en algunos hongos, tiene un «impacto significativo» en la reducción de los síntomas de la depresión resistente.
Los resultados se desprenden de un estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine. Tras el análisis de 233 participantes en 22 centros de países europeos, de Canadá y Estados Unidos, este estudio demostró que, junto con el apoyo psicológico, una única dosis de 25 miligramos ayudó a los pacientes contra este trastorno mental que afecta a 100 millones de personas en todo el mundo.
«Este estudio, que es con mucho el mayor ensayo clínico hasta la fecha sobre el uso de la psilocibina para la depresión resistente al tratamiento, demostró que una única dosis de 25 miligramos mejoró los síntomas de depresión de los participantes en comparación con una dosis de 1 miligramo (grupo control)», resumió James Rucker, uno de los autores.
No obstante, los resultados de este ensayo clínico en fase 2b son:»un paso positivo en la dirección correcta«, los autores del informe sostienen que aún son necesarios estudios más amplios.
Rucker considera que se necesitan nuevos paradigmas de tratamiento. La terapia con el compuesto psilocibina puede ser uno, pero es necesario probarlo en ensayos clínicos. Otros estudios apuntan a que la psilocibina podría incluso ayudar para el tratamiento contra el alcoholismo.
Los participantes recibieron una dosis única de 25 miligramos, 10 miligramos o 1 miligramo de psilocibina al azar, junto con apoyo psicológico; ni ellos ni los investigadores sabían qué dosis había recibido cada persona.
Tras ingerir el fármaco, los pacientes experimentaron efectos psicodélicos que duraron entre 6 y 8 horas. En una sala acogedora, un terapeuta estuvo presente para proporcionar apoyo psicológico. Los pacientes volvieron a sus casas cuando los efectos se disiparon por completo.
A lo largo de las 12 semanas, en todos los grupos de dosis se notificaron algunos efectos adversos, como dolores de cabeza, náuseas, mareos, fatiga y pensamientos relacionados con el suicidio o autolesiones, como es habitual, dicen los investigadores, en los estudios sobre este tipo de depresión.
Se informó de comportamientos suicidas al menos un mes después de la administración del compuesto en tres personas que no respondieron a los 25 miligramos.
Los autores de la investigación anunciaron que el ensayo clínico en fase III, con más participantes, empezará a finales de año.