NAIPYIDÓ.- En los últimos tres años, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) reelecto los datos de rohinyás que habían huido a campos de refugiados, para que las autoridades bangladesíes pudieran expedirles documentos de identificación, indispensables para tener acceso a la ayuda humanitaria.
Pero los refugiados no sabían que las autoridades transmitirían sus datos al Gobierno de Birmania (Myanmar), país del que huyeron tras una ofensiva militar, para acordar una posible repatriación, afirma HRW.
Andrej Mahecic, portavoz de la ACNUR, aseguró a la agencia francesa de noticas AFP que la agencia de la ONU “tiene en marcha unos procedimientos muy claros para garantizar la seguridad de los datos” que recaban cuando registran a los refugiados de todo el mundo.
Sin embargo, la ONG alemana sostiene que los refugiados rohinyás probablemente no sabían que las fotos de identidad, las huellas digitales y los datos biográficos iban a ser compartidos con Birmania.
Los procedimientos de ACNUR “han expuesto a los refugiados a unos riesgos adicionales”, señaló Lama Fakih, directora de crisis y conflictos en HRW. Fakih entrevistó a 24 refugiados y habló con otros especialistas.
No obstante, la agencia de las Naciones Unidas afirmó que pidió permiso para compartir los datos y que explicó claramente que, en cualquier caos, los refugiados obtendrían la tarjeta para acceder a las ayudas, aceptaran o no compartir sus datos.
Entre 2018 y 2021, ACNUR registró los dato de cientos de miles de refugiados rohinyás residentes en los campamentos del sur de Bangladesh. El Gobierno de este país, por su parte, usó estos daos para repartir ayudas y organizar servicios esenciales. Pero además envió a Birmania al menos 830.000 nombres, para evaluaciones de elegibilidad de repatriación.