BUDAPEST.- La reforma laboral en Hungría generó el repudio de la sociedad, por eso el sábado miles de personas salieron a manifestarse en Budapest ya que consideran que es una decisión autoritaria del primer ministro, Viktor Orban.
Los organizadores, entre ellos partidos opositores, sindicatos y grupos cívicos, bautizaron la medida como la «Ley de esclavitud» y consideraron que es la gota que rebalsó el vaso en su descontento contra las autoridades del país.
«Basta de hacer trabajar a la gente hasta la muerte», reclamó durante la jornada el presidente de la Confederación Sindical de Hungría, László Kordás, quien leyó las exigencias de los sindicatos y adelantó de no cumplirse de organizarán una huelga general a nivel nacional. La lista de requerimientos pide la abolición de la reforma, a la vez una nueva norma laboral, el aumento de los salarios y una reforma del sistema jubilatorio.
El reclamo no es solo por parte de las organizaciones, sino también los ciudadanos comunes tomaron la iniciativa: colgaron banners en la redes sociales y salieron a las calles con pancartas que reclamaban una huelga nacional.
«No estamos de acuerdo con casi todo lo que está pasando desde que este gobierno llegó al poder, desde la corrupción a la pseudodemocracia», afirmó Eva Demeter, una ama de casa de 50 años que participó de la protesta.
La ley, que se aprobó el 12 de diciembre en el Parlamento, aumentó de 250 a 400 horas obligatorias las jornadas que los empleadores pueden exigir anualmente a sus trabajadores por lo que muchos deberán brindar servicios hasta seis días por semana. A la vez, se rumorea que el empleador tiene la libertad retrasar hasta 36 meses el pago de edad horas de trabajo adicional pero el Gobierno lo desmiente.
El Ejecutivo justificó que la decisión se tomó como respuesta a la escasez de mano de obra que enfrenta el país y consideran que serán beneficiosas tanto para los trabajadores como para las empresas ya que ganarán más y se cubrirán más puestos.