WASHINGTON.- La inmigración es nuevamente un tema que desata polémica en la política estadounidense ahora que Donald Trump habla de una crisis en la frontera con México, resaltado por las dramáticas imágenes de una caravana de centroamericanos que se dirigen a pie hacia Estados Unidos y de decenas de personas que trepan un muro fronterizo en Arizona.
En medio de todos los peligros y el infortunio de tener que abandonar su propio país, los migrantes centroamericanos encuentran siempre a personas que los ayudan y les brindan un techo, así sea por una noche. Lo único que no pueden hacer es abrirles paso a través del “muro” de rechazo interpuesto por Trump.
El presidente Trump ha insistido en la necesidad de tomar medidas más severas en la frontera. El gobierno dijo que coyotes habían ayudado a 108 migrantes a escalar el muro en cuatro sitios y que había 52 menores en ese grupo. La situación se produjo justo el mismo que el mandatario se encontraba en Yuma, Arizona para participar de un acto político.
Los principales detractores de Trump dicen que la idea de que se ha perdido el control de ladronera es una exageración y que los republicanos manipulan el tema con fines electorales a escasas dos semanas de los comicios de medio término.
En septiembre, agentes de la Patrulla de Fronteras detuvieron a 16.658 familias intentando ingresar a los Estados Unidos, lo que representa un incremento del 30% respecto a las cifras de julio, según datos preliminares suministrados a la Associated Press por funcionarios del gobierno en condición de anonimato porque no estaban autorizados a dar esa información.
Trump está promoviendo la separación de familias, por más de que su efectividad sea un tema rebatible. “Si hay algo que puedo decir es que cuando una persona piensa que la familia no será separada, nuestra frontera se ve desbordada por gente que trata de ingresar”, declaró Trump a la AP la semana pasada.
Trump ha sido contundente con líderes de América Central desde que una caravana de más de 2.000 personas, más de 7.000 asegura la ONU, partió desde Honduras, amenazando con suspenderles ayuda.