TEL AVIV.— Israel confirmó el martes la muerte de Hashem Safiedine, considerado el sucesor del fallecido líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, a quien Israel eliminó el mes pasado en un ataque aéreo en Beirut.
El ejército israelí anunció que Safiedine fue abatido hace tres semanas en un ataque en los suburbios del sur de Beirut, lo que constituye la primera confirmación oficial de su muerte.
Previamente, Israel había señalado la posibilidad de su eliminación. Hezbolá no respondió inmediatamente al comunicado israelí. El jefe del ejército israelí, teniente general Herzi Halevi, declaró: «Hemos alcanzado a Nasralá, a su sucesor y a la mayoría de los altos mandos de Hezbolá. Localizaremos a cualquiera que amenace la seguridad de los ciudadanos de Israel».
Después de un año de enfrentamientos en la frontera con Hezbolá, el aliado más fuerte de Irán en la región, Israel ha intensificado sus ataques en Líbano. Hezbolá ha estado apoyando a los combatientes palestinos que luchan contra Israel en Gaza, pero ha sido afectado por la muerte de varios de sus líderes en recientes bombardeos israelíes.
Safiedine, familiar de Nasralá, había sido miembro del Consejo de la Yihad, responsable de las operaciones militares, y del Consejo Ejecutivo, encargado de los asuntos financieros de Hezbolá. Asumió un papel protagónico en los últimos enfrentamientos con Israel, ocupando el lugar de Nasralá en actos públicos debido a las preocupaciones de seguridad del líder.
A pesar de la eliminación de varios altos cargos de Hamás y Hezbolá, Israel no ha mostrado indicios de detener sus campañas en Gaza y Líbano. Diplomáticos señalan que Israel busca consolidar una posición estratégica antes de que asuma la nueva administración estadounidense tras las elecciones del 5 de noviembre entre Kamala Harris y Donald Trump.
La confirmación de la muerte de Safiedine coincidió con la presión ejercida por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien instó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a aprovechar la muerte del líder de Hamás, Yahya Sinwar, para liberar a los rehenes del ataque del 7 de octubre y poner fin a la guerra en Gaza. Blinken, en su undécimo viaje a Oriente Próximo desde el estallido del conflicto, también buscaba reducir la violencia en Líbano, donde un ataque aéreo israelí dejó 18 muertos y 60 heridos cerca de un hospital en Beirut.