TEHERÁN.- El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, le aseguró al primer ministro japonés, Shinzo Abe, que Irán no tiene intención de fabricar, sostener o usar armas nucleares, mientras dice que el país no negociará con Estados Unidos.
Abe se reunió con Khamenei, el máximo responsable de la toma de decisiones de Irán, el jueves durante un viaje a Irán en un intento por aliviar las tensiones entre la república islámica y Estados Unidos.
Después de la reunión, a la que parece que también asistió el presidente iraní, Hassan Rouhani, Abe dijo a los reporteros que Khamenei le había dicho que Irán «no debe y no fabricará, poseerá o usará armas nucleares, y que no tiene tales intenciones».
Poco después, la agencia estatal de noticias iraní FARS confirmó el comentario, pero agregó que Khamenei había dicho que Irán no negociará con Estados Unidos y que no consideraba al presidente Donald Trump como «digno» de un mensaje de Teherán.
«No veo a Trump como digno de ningún intercambio de mensajes, y no tengo ninguna respuesta para él ahora ni en el futuro», sostuvo Khamenei.
Según informes, el líder supremo también habría dicho que no cree en la oferta de negociaciones honestas de Trump y que cree que la promesa del presidente de Estados Unidos de no buscar un cambio de régimen en Irán es una mentira.
Los comentarios probablemente fueron un golpe para Abe, quien dijo a los reporteros en una conferencia de prensa conjunta con Rouhani el miércoles, que ayudar a aliviar la tensión en la región fue «el único pensamiento que me llevó a Irán».
Abe está completando una visita de dos días a Irán, convirtiéndose en el primer premier japonés en visitar el país desde su Revolución Islámica de 1979.
Desde que se retiró de un acuerdo nuclear histórico de 2015, Trump ha vuelto a imponer sanciones agobiantes en Irán y ha desplegado tropas y portaaviones en el Golfo.
En respuesta, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, advirtió el lunes que Estados Unidos no podía esperar «mantenerse a salvo» mientras imponía una «guerra económica» a Irán y dijo que Irán no participaría en ninguna conversación a menos que Estados Unidos estuviera preparado para hacer concesiones.