La UE se despide de la gasolina y el diésel

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BRUSELAS.— El Parlamento Europeo aprobó ponerle fin a la venta de vehículos nuevos con motor de gasolina o diésel para el 2035, como parte de los nuevos objetivos de reducción de emisiones de dióxido de carbono.

«Llegamos a un acuerdo histórico, que concilia el automóvil y el clima», dijo la eurodiputada ecologista Karima Delli, presidenta de la Comisión de Transporte del órgano legislativo europeo.

Se trata de la primera propuesta del paquete Objetivo 55, con el que la Unión Europea (UE) busca reducir el 55% de las emisiones de CO2 para 2030. El proyecto fue aprobado con 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones.

La Comisión Europea también anunció que, para 2030, los vehículos pesados deberán reducir sus emisiones en un 45% y en un 90% para 2040. Además, señaló, todos los autobuses urbanos deberán ser modelos de emisión cero, con motores de electricidad o hidrógeno, para 2030.

«Los fabricantes podrán utilizar las tecnologías de su elección para lograr estos objetivos, por ejemplo, la electrificación, las pilas de combustible de hidrógeno o el hidrógeno«, precisó la CE en un comunicado.

Por ahora, la medida debe pasar por varias etapas más para convertirse en ley, como ser aprobada formalmente por el Consejo europeo y entrar en vigor oficialmente.

En tanto, los partidarios del proyecto de ley aseguran que las automotrices europeas tienen tiempo para cambiar la producción a vehículos eléctricos, con lo que, además, se estimulará la inversión para contrarrestar la competencia de China y Estados Unidos.

«Permítanme que les recuerde que, entre el año pasado y el inicio del presente, China tendrá 80 modelos de automóviles eléctricos en el mercado internacional. Y son buenos automóviles, que serán más y más baratos, y tenemos que competir con eso», declaró Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea.

Quienes se oponen al proyecto argumentan que ni la industria ni la ciudadanía están preparados para hacer la transición, y aseguran que cientos de miles de puestos de trabajo están en riesgo. Jens Gieseke, del centroderechista Partido Popular Europeo (EPP), comentó que en Alemania laboran 600.000 personas en la producción de motores de combustión interna, por lo que esos puestos de trabajo se encuentran en riesgo.