Los desafíos de cara a las urnas turcas

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ANKARA.- La economía va a ser un factor decisivo en la votación del 24 de junio que marcará la transición de un sistema parlamentario a uno presidencialista, en línea con los cambios constitucionales aprobados en un referéndum el año pasado.

Las elecciones presidenciales y parlamentarias se llevarán a cabo bajo un estado de emergencia, en vigor desde julio de 2016 luego de un fallido golpe de estado atribuido por el gobierno al movimiento de Fethullah Gulen, un líder religioso autoexiliado, radicado en Estados Unidos.

En el frente económico, las urnas se enfrentan a un contexto conflictivo de una tasa de crecimiento vertiginosa el año pasado (hasta el 7,4 por ciento) y una depreciación de la moneda. Según el Instituto de Estadística de Turquía, la inflación alcanzó el 11,9 por ciento en 2017. La lira turca cayó más de un 20 por ciento frente al dólar estadounidense este año, lo que provocó que el Banco Central elevara las tasas de interés varias veces para apuntalar una de las monedas con peores resultados del mundo. Mientras tanto, la inflación y el déficit de cuenta corriente van en aumento.

En estas circunstancias, el electorado turco parece estar dividido acerca de quién está mejor equipado para lidiar con las incertidumbres económicas en curso. Los votantes que culpan de la crisis económica al presidente Recep Tayyip Erdogan y su gobernante Partido de Justicia y Desarrollo (Partido AK) creen que es necesario un cambio después de 15 años para corregir las políticas que generaron los problemas actuales.

Pero otros dicen que solo Erdogan y su partido pueden mantener la estabilidad en el país. «Un cambio en el gobierno solo empeorará las cosas, ya que disminuirá el nivel de confianza en Turquía y, por lo tanto, habrá menos inversión y empleos», opina un comerciante callejero.

El partido AK ha unido fuerzas con el partido de extrema derecha Movimiento Nacionalista (MHP), con Erdogan siendo su candidato presidencial conjunto. Del otro lado, la principal oposición es una alianza encabezada por el Partido Popular Republicano, de centro-izquierda, y el Partido IYI, de derecha.