CARACAS.— La producción petrolera venezolana está lista para recibir un impulso de los flujos récord de crudo iraní utilizado para mejorar la calidad de los suministros de la nación petrolera.
En lo que va del año, Irán entregó 6,8 millones de barriles de petróleo a Venezuela, lo que representa un aumento del 48% con respecto a la cifra de todo el año 2021. La mayoría de los envíos iraníes involucraron un tipo de petróleo liviano conocido como condensado que los venezolanos mezclan con el crudo extrapesado local para producir Merey 16, el grado de crudo más exportado del país sudamericano.
La petrolera estatal PDVSA ha estado dependiendo de los cargamentos persas para impulsar la producción nacional y las finanzas de la Administración del presidente, Nicolás Maduro. La producción, que cayó a mínimos de varios años después de que Estados Unidos aumentara las sanciones en 2019, se ha venido recuperando desde que Irán fortaleció los lazos con Caracas.
En marzo, Venezuela bombeó 697.000 barriles por día, un 33% más que el año anterior. Según Maduro, el objetivo es alcanzar los 2 millones de barriles diarios este 2022. Aunque la meta se considera poco realista, los analistas esperan que la producción de este año sea mayor que la de 2021.
Los últimos cargamentos llegaron en la misma semana que el ministro de Petróleo iraní, Javad Owji, realizó una visita sorpresa a Caracas para firmar acuerdos energéticos entre las dos naciones. Teherán intensificó la cooperación con Venezuela en los últimos años y funciona como una especie de salvavidas para Maduro.